La misma federación que ninguneó los despidos de precarizados, e incluso personal de Planta Permanente de Reconquista, ahora pide la intervención del Ministerio de Trabajo por un hecho similar pero en Arrufó.
Comunicado de FESTRAM
El Sindicato de Trabajadores Municipales de Ceres, denunció ante FESTRAM el despido de 30 trabajadores jornaleros que desempeñaban tareas diarias en la Comuna de Arrufó.
La medida adoptada por el Presidente Comunal Cristian Piumatti, es en represalia al pedido del Sindicato de esa jurisdicción, quien había solicitado a la Caja de Jubilaciones y Pensiones de la Municipalidad de Santa Fe la realización de inspecciones por evasión previsional en la que incurren las autoridades comunales.
Los directivos de la Caja Municipal filtraron el reclamo del SITRAM de Ceres advirtiendo sobre la denuncia formulada ante ese organismo y, como respuesta a la misma, se procedió a suspender el pago a los trabajadores informales de esa Comuna.
Cabe destacar que la Municipalidad de San Cristóbal y 13 Comunas pertenecientes a ese Departamento, se encuentran incumpliendo la política salarial resuelta en paritarias y además mantienen a numerosos trabajadores sometidos a precarización laboral con modalidades de contratación fraudulenta.
La falta de predisposición del Senador Felipe Michlig para abordar esta problemática, como las demoras producidas por el Ministerio de Trabajo y la Secretaría de Regiones, Municipios y Comunas para resolver esta situación, están abriendo la posibilidad de un conflicto generalizado en la región.
La Federación reiteró la urgente necesidad que la Legislatura Provincial, dé tratamiento al Proyecto de “Emergencia Laboral en Municipios y Comunas” para evitar que las políticas de ajuste y tarifazos que instrumenta el Gobierno Nacional impacten sobre los trabajadores informales y precarizados que se desempeñan en los estados locales, tal como hoy está ocurriendo en esa Comuna del Departamento San Cristóbal.
Reacciones diferentes
Cuando el justicialismo tomó el poder en Reconquista tuvo una clara actitud discriminatoria hacia los empleados municipales que habían ingresado en la gestión anterior, principalmente los que estaban vinculados al radicalismo.
Estos empleados sufrieron los despidos ante un sindicato que no los defendió y por el contrario generó «listas negras» de personas que debían quedar en la calle. La FESTRAM consintió los despidos a sabiendas de lo que significaba. Ahora con un hecho similar, pero en una localidad donde el presidente comunal no responde a la estructura justicialista, la reacción es diferente.