Cecilio Saettone fue procesado por encubrimiento y por falso testimonio. Está acusado de haber ayudado al ex portero antes de que fuera detenido y de haber mentido en la instrucción y en el juicio oral.
El suboficial mayor Saettone (55), que según fuentes policiales se retiró hace tres meses de la Policía bonaerense, fue procesado por la jueza de instrucción número 8 porteña, Yamile Bernan, en el marco de una causa paralela del caso, abierta a partir de su declaración en la instrucción y en el juicio oral.
El procesamiento sin prisión preventiva incluye un embargo por 50.000 pesos.
Según la resolución, a la que tuvo acceso Télam, Saettone fue procesado por los delitos de “encubrimiento doblemente calificado por haber sido cometido por un funcionario público y por tratarse el delito precedente especialmente grave en concurso ideal con falso testimonio reiterado en dos oportunidades”.
Ya en el juicio realizado el año pasado, los fiscales Fernando Fiszer y Sandro Abraldes habían pedido la detención de Saettone, pero el Tribunal Oral Criminal (TOC) 9 lo rechazó.
Sin embargo, los mismos fiscales, el 11 el abril del año pasado pidieron que Saettone sea indagado por esos delitos e iniciaron la causa en la que ahora quedó procesado.
“Tengo por probado que Cecilio Saettone ayudó a Jorge Néstor Mangeri a eludir la investigación penal que se desplegaba en su contra y sustraerse a ella, para lograr su impunidad”, escribió la jueza en el auto de procesamiento.
Bernan señala que se le atribuye a Saettone “haberse presentado espontáneamente el 28 de junio de 2013 en el Juzgado Nacional de Instrucción 17 fingiendo ser un testigo neutral de la causa” por el crimen de Ángeles y “haberse pronunciado con falsedad el 8 de julio de 2013 al prestar declaración testimonial, como así también el 6 de marzo de 2015 ante el Tribunal Oral en lo Criminal 9 que realizó el juicio oral”.
La magistrada explica que en sus declaraciones, Saettone “afirmó haber reunido con Mangeri por el lapso de quince o veinte minutos el 14 de junio de 2013 en la zona de General Pacheco”.
Pero Bernan afirma que ese encuentro “se extendió por el lapso de al menos dos horas”, ya que de acuerdo al informe de la tarjeta SUBE que ese día utilizó Mangeri, se tomó el colectivo de la línea 15 a las 13 para ir a General Pacheco y la usó para regresar a las 17.05.
También recuerda que Saettone “mintió” cuando negó haber visto en el rostro de Mangeri las heridas cuya preexistencia se demostró pericialmente, ya que “se estableció que la data de las lesiones constatadas en la superficie corporal de Mangeri llevaban en su mayoría de tres a cinco días de evolución”.
“Concretamente, el acto material de carácter positivo que llevó adelante Saettone para favorecer a Mangeri consistió precisamente en mentir al prestar declaración testimonial en el proceso penal en cuestión, en torno a las dos cuestiones que han sido destacadas: las lesiones que presentaba Mangeri y la duración del encuentro que habían mantenido”, dice la jueza.
“El falso testimonio que supuso la mentira de Saettone en lo que respecta a las lesiones que presentaba Mangeri y que él negó haber visto, tuvo la idoneidad de desviar la investigación, pues contribuía a corroborar el descargo del imputado, quien por ese entonces había afirmado haber sido coaccionado por terceras personas a autoincirminarse», agrega.
Las fuentes indicaron a Télam que cuando fue indagado por Bernan y por la fiscal de instrucción Graciela Gils Carbó, Saettone se negó a declarar y luego apeló el procesamiento ante la Sala IV de la Cámara del Crimen.
Cuando pidieron su detención en el juicio y su posterior indagatoria, los fiscales le endilgaron haber sabido desde el primer día que Mangeri había asesinado a Ángeles, de haber colaborado en la desaparición de un morral de la víctima y de haberlo ayudado a enmascarar los rasguños que la chica le hizo al ex portero.
El suboficial se transformó en un testigo clave cuando contó que en aquel encuentro Mangeri le preguntó qué haría si él tuviera algo que ver con el crimen de Ángeles, y que él lo contestó “te meto preso”, pero que luego el marido de su prima le negó cualquier vinculación y le dijo que estaba amenazado.
Los fiscales nunca creyeron esa versión y sostuvieron que la verdadera finalidad de aquel encuentro fue que el portero tenía «la necesidad de recibir más y mejores consejos».
Mangeri (48) fue condenado a prisión perpetua por «femicidio en concurso ideal con abuso sexual y homicidio criminis causae».
En el juicio se probó que el 10 de junio de 2013, a las 9.50, Ángeles (16) regresaba de su Palermo, pero no entró a su departamento de la PB «A» porque se encontró en el hall con Mangeri.
Para el TOC 9, con algún engaño, el encargado llevó a «Mumi» a algún sitio como el sótano o la portería y allí inició un ataque sexual que, por la resistencia de la víctima, terminó con la chica sofocada, estrangulada y arrojada a la basura, razón por la que al día siguiente su cadáver fue hallado en la planta de la Ceamse de la localidad bonaerense de José León Suárez.