Desde las primeras horas de este jueves, se realizan 11 allanamientos en la localidad de Ceres en busca de Maximiliano Sosa, desaparecido el 21 de diciembre. Investigan a su familia.
La investigación tuvo un vuelco en los últimos días cuando una escucha telefónica entre miembros de la propia familia reveló un dato que los investigadores consideran fundamental.
Es por eso que están allanando 11 domicilios que tienen vinculación con la propia familia. Desde el primer momento los miembros de la policía de Trata de Personas de la provincia sospecharon de algunos miembros de la familia y la posibilidad de una venta de la criatura a un campamento gitano.
De hecho en su momento realizaron un allanamiento en un campamento gitano y se logró un testimonio de una nena de 6 años que contó que el chico había estado en ese mismo lugar unos días y «lloraba toda la noche porque extrañaba a su mamá» y que horas antes del allanamiento lo llevaron y no lo volvió a ver.
Los policías de Trata de Personas creen que la venta del nene se frustró y existe la esperanza de que pueda estar con vida aún formando parte de la propia familia.
Los investigadores siguieron obsesionados con este caso y solicitaron a la justicia la intervención de algunos teléfonos de la propia familia. En ese cruzamiento de llamados una comunicación llamó la atención de todos porque se nombró a «Maxi» y al parecer se trató de un error porque ambos participantes de la llamada guardaron un largo silencio antes de cambiar rotundamente de tema.
Los policías y la justicia coordinaron los allanamientos en 11 domicilios, todos vinculados en mayor o menor medida con la propia familia y hay una «esperanza de encontrarlo con vida», confirmaron fuentes de Trata de Personas.