Así lo remarcó el gobernador durante la presentación de las bases de la discusión, realizada esta mañana ante todo el arco político santafesino. También sostuvo que no hay plazos previstos, aunque deslizó que el tope sería el fin de su mandato.
El gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, presentó este lunes en esta capital el proceso de diálogo ciudadano e institucional para la actualización de la Carta Magna provincial. Bajo el título “Bases para la reforma: una Constitución para Santa Fe”, el mandatario brindó detalles en torno a las convocatorias que tendrán lugar para avanzar en el proceso.
Tras ello, dijo en diálogo con la prensa que su gobierno es “respetuoso de todas las opiniones”. “Vamos a trabajar con la mirada muy amplia y con la mejor voluntad de lograr un acuerdo positivo, que nos permita que el texto constitucional no solamente sea un texto para estudiar en las escuelas, sino una herramienta para movilizar el desarrollo de la provincia”, añadió.
Con respecto a la reelección, afirmó que plantearla o no dependerá “del debate político y de las propuestas de los partidos” y no de su voluntad. “Yo personalmente no voy a impulsar ningún tipo de iniciativa”, remarcó. “No quiero que la posición del gobierno ni la mía sea un obstáculo para que el proceso de reforma no llegue a buen puerto”, argumentó.
Si bien en un principio Lifschitz dijo que no tiene “plazos establecidos”, más adelante puso como máximo el 10 de diciembre de 2019, de forma tal que las modificaciones se completen durante los mandatos legislativos y ejecutivos actuales. Además, admitió que su idea es tomarse los meses que quedan de 2016 y los primeros de 2017 para la discusión, y luego establecer la Asamblea Constituyente. “Quienes plantean 2017 y 2018 (como plazo final) tienen razonabilidad”, opinó.