Sin nombrarlo, la presidente del Concejo Municipal Soledad Zalazar, apuntó a la fiesta que se organizó este fin de semana en la quinta del abogado de la Municipalidad de Reconquista Ricardo Degoumois. Hubo menores y venta de alcohol pero con la complicidad del gobierno que no realizó los controles correspondientes. Nuevamente Zalazar marca distancia del gobierno de Enrique Vallejos y va plantando bandera de cara a las próximas elecciones.
Es conocido por todos que las legislaciones de prohibición de ingreso de menores en espacios donde se vende bebidas alcohólicas no se cumple. Es casi un acuerdo generalizado del gobierno y los empresarios para mirar para un costado y hacer como que no pasa nada. Solo se habla del tema cuando hay incidentes importantes y esto casi nunca ocurre. Mientras tanto los organizadores generan fortuna gracias a la complicidad (como mínimo) de un gobierno que prefiere evitar los roces con los hombres de la noche.
Mientras se pueda contener la situación y no se salga de los carriles o haya algún muerto por un accidente dentro de estos espacios, el gobierno seguirá mirando para un costado en un claro “dejar hacer” que beneficia a los hombres de la noche y perjudica completamente a la sociedad toda.
Por supuesto que esta situación no es privativa de este gobierno, es una constante que se viene dando desde hace mucho tiempo. Solo cuando ocurre algo y esta situación se hace pública los funcionarios reaccionan aplicando sanciones. Pero prefieren dejar el control del ingreso en la responsabilidad del organizador del evento.
En su pedido de informe Soledad Zalazar expresa que “es común y habitual la Organización de eventos y fiestas privadas por parte de jóvenes y particulares, sin intervención estatal, en clubes, casas quintas, etc. de nuestra ciudad, costumbre que se viene repitiendo en los últimos tiempos”.
Además sostiene que “es constante las quejas de vecinos por los decibeles de la música, superan los que están permitidos, molestando a moradores del lugar todos los fines de semana, por permanencia de menores en horarios no permitido; por la duración de los eventos y también sobre la responsabilidad del municipio en autorizar la realización de los mismos”.
Entiende la concejala que “ante dichos planteos es prudente realizar un control adecuado, a fin de evitar inconvenientes de todo tipo y hacer respetar las normas vigentes”.
El proyecto apunta a que la Secretaría de Gobierno “informe al concejo si se realizan los controles correspondientes, tendientes a medir los decibeles en los distintos eventos que se efectúan en nuestra ciudad, control de permanencia de menores, horarios de cierre de los mismos; venta de bebidas alcohólicas y además informe sobre las habilitaciones correspondiente”.
No es casualidad que Soledad Zalazar apunte con este pedido de informe justo en la semana donde se realizó una mega fiesta en la quinta del abogado de la municipalidad, Ricardo Degoumois, y donde se sabe que hubo presencia de menores de edad que incluso contaron con transporte gratuito desde el centro de la ciudad.
Las fiestas privadas, organizadas en distintas casas quinta, se han vuelto desde hace un tiempo en una constante que genera enormes dividendos y que cuenta con la complicidad del gobierno.
Además esta situación también complica al Secretario de Gobierno Guillermo Romero, encargado del control de este tipo de eventos y uno de los que ha generado una fuerte interna dentro del justicialismo y rompiendo relaciones con Soledad Zalazar.
Los movimientos de Zalazar no son improvisados. Le pide al Secretario de Gobierno que explique cuáles son los controles realizados en la fiesta que se organizó en el predio del abogado municipal. Golpea así a dos hombres fuertes de la gestión de Enrique Vallejos.
De todos modos, y pese a que la autora de la iniciativa es Soledad Zalazar, todos los concejales levantaron la mano para poder conocer más detalles sobre los controles nocturnos que realiza la municipalidad y que parecen quedar bastante relegados, por lo menos en cuanto a lo que tiene que ver con la seguridad, los servicios y la salubridad pública como los ruidos molestos.
La fiesta en cuestión tuvo sonidos que se escucharon en un kilómetro a la redonda, pero al parecer ningún funcionario del área de gobierno vive en ese perímetro.