Por estos días se discute en el Senado nacional el proyecto de reforma electoral impulsado por el gobierno que propone la incorporación de tecnología en los comicios. Omar Perotti y María de los Ángeles Sacnun, cuestionan la iniciativa oficial.
Cerca de las 2 de la madrugada del 20 de octubre, la Cámara de Diputados de la Nación dio media sanción al proyecto de reforma electoral impulsado por el Ejecutivo. Con 152 votos a favor –de legisladores de Cambiemos, el Frente Renovador y el bloque Justicialista–, y 75 en contra –del Frente Para la Victoria, y partidos de izquierda–, el gobierno de Mauricio Macri dio un paso importante en su intención de implementar la boleta única electrónica para las elecciones nacionales.
Sin embargo, el proyecto que durante la semana pasada comenzó a discutirse en el Senado, llegó con serias observaciones de especialistas en materia electoral, y en informática, que señalaron y demostraron en forma práctica, en el plenario de comisiones que se realizó previamente en Diputados, que la votación electrónica no garantiza el secreto del voto, ni tampoco la universalidad del sufragio.
Uno de los mencionados expositores en la Cámara baja, que volverá a prestar testimonio el martes 8 en el Senado es Leonardo Martínez, profesional del sectorial de informática del Ministerio de Economía de la provincia, quien ha trabajado en comicios con diferentes sistemas, desde la tradicional boleta sábana, o la ley de lemas, hasta la actual boleta única. Consultado por Diario UNO, el informático señaló que más allá de lo planteado por los expositores en Diputados no se hicieron modificaciones sustanciales al proyecto, y dijo que hay cuestiones puntuales no explicitadas.
«Por ejemplo, se hace el conteo electrónico de los votos y también el manual, pero lo que no plantea la ley es qué sucede si entre los dos conteos hay diferencias. ¿Cómo se resuelve?», se preguntó.
En relación a la discusión que se inicia en la Cámara alta estimó que será más difícil para el oficialismo hacer avanzar el proyecto con media sanción de Diputados. Al respecto, Martínez dijo que los senadores, por lo expresado de antemano, se plantean «tomar con calma y estudiar bien» la reforma.
«Al menos es lo que vienen diciendo en las sesiones. Así que espero que esa inquietud dé lugar a que las propuestas que hacemos, o las consideraciones que planteamos sean tenidas un poco más en cuenta», confió.
En este sentido, manifestó que las observaciones sobre la posibilidad de vulnerar el secreto del voto, que fueron incluso demostradas de manera práctica en Diputados, y sobre la imposibilidad de garantizar la universalidad del sufragio debido a problemas de infraestructura, serán dos de los ejes sobre los que expondrá pasado mañana ante los senadores.
La postura de los senadores
Además del proyecto del Ejecutivo, hay una veintena de iniciativas referidas al sistema electoral que también se discutirán en estos días en comisiones. Una de ellas, la presentada por los senadores Juan Manuel Abal Medina y Omar Perotti.
Perotti sostuvo que lo que tiene que quedar en claro en el debate es que «la tecnología puede ayudar, pero la celeridad en conocer un resultado, no puede ser más importante que la seguridad de todo el proceso electoral».
«Nosotros en el proyecto de ley incorporamos algo que se debería estar debatiendo también, que es el financiamiento de la política y de los procesos electorales en particular. Parecería que para muchos es más importante conocer rápido un resultado que tener la certeza de dónde vienen los fondos de los candidatos», expresó.
Dijo además que la discusión no debe ser planteada en términos de «tecnología sí o no», sino en «si ayuda a resolver los problemas que se deben resolver». En esa dirección, consultado sobre su postura en torno al proyecto con media sanción, afirmó que la iniciativa oficial «tiene serios inconvenientes, no solamente desde su estructura legal, sino en la posibilidad de garantizar el desarrollo del sistema electoral».
«Si la Cámara Nacional Electoral audita el sistema que el gobierno propone y dice que no está en condiciones de garantizar transparencia, no hay una alternativa. La ley no da otra alternativa. Además, si se determina que no se alcanza a establecer el sistema en todas las provincias, no se puede establecer una gradualidad. Entonces, necesariamente va a tener modificaciones esa ley», planteó.
Por último, resaltó que el debate recién comienza, que es un tema que se debe discutir con tiempo y no con el apuro que pretende el oficialismo.
«Nosotros recibimos el proyecto recién ahora y lo pusimos en discusión, pero me parece que este tema, frente a todas las dudas que han surgido debería tener alguna instancia de progresividad, o algún tiempo más de discusión», finalizó.
En tanto, la senadora nacional por Santa Fe, María de los Ángeles Sacnun, subrayó que en primer lugar se debe garantizar el secreto, la universalidad y la obligatoriedad del voto, y que por los testimonios de los distintos expertos eso está en duda.
«Hay mucho reparo respecto del secreto del voto con la incorporación tecnología, y hay expertos que hacen un planteo respecto del chip en la boleta, planteando que es muy factible que en algún punto violente el secreto», resaltó y agregó que se debe tener en cuenta que países avanzados como Alemania y Holanda, abandonaron el voto electrónico, planteando justamente la posibilidad de que se pueda de alguna manera violentar la privacidad del sufragio.
Sacnun manifestó que su postura crítica frente a la boleta electrónica está radicada en que la modernización en la democracia debe además garantizar la universalidad del voto. Fundamentalmente, teniendo en cuenta que la conectividad y la tecnología no llegan a todo el país de igual manera.
«Estamos en un momento en el que estamos trabajando respecto de los eventuales cortes en el servicio eléctrico, y por lo tanto, debemos tener en claro qué hay previsto en caso de que no haya electricidad, o que haya un corte eléctrico en medio de los comicios», ejemplificó, e hizo hincapié en que tampoco está prevista la gradualidad en la incorporación de nuevas tecnologías.
Finalmente, dijo que no debe haber apuro para tratar la reforma electoral y que, en caso de avanzar, se debe hacer «con mucha solvencia, con mucha racionalidad, y fundamentalmente con gradualismo».