Los funcionarios de Macri dijeron en la conferencia fabril que «el modelo de sustitución de importaciones ya no existe más».
La cúpula de la Unión Industrial Argentina (UIA) alertó ayer sobre la amenaza importadora, pidió rebaja de impuestos y ajuste laboral, y aclaró que todavía no están dadas las condiciones para un «boom de inversiones». Durante la conferencia anual de la central fabril, los dirigentes sectoriales expresaron su inquietud por los efectos de la política económica en el nivel de actividad y los funcionarios oficialistas que desfilaron en masa por el encuentro, reclamaron inversiones y realizaron algunos anuncios.
El ministro de Producción, Francisco Cabrera, llevó la promesa de implementar reintegros a las exportaciones, prorrogar el régimen de bienes de capital y extender el Ahora 12 a 18 cuotas. Pero también les advirtió a los industriales que Argentina «se tiene que integrar al mundo». Su segundo, el secretario de Comercio, Miguel Braun, fue más crudo. Aseguró que «el modelo de sustitución de importaciones no existe más».
Miguel Acevedo, uno de los vicepresidentes de la UIA y presidente de la 22º conferencia industrial sostuvo que «las pymes cayeron 9 por ciento por la disminución de exportaciones y el poco dinamismo en el mercado interno, en un contexto de amenaza importadora».
Durante la mañana, en declaraciones radiales, aseguró que una devaluación «no tiene sentido» en el país, y a la vez estimó que «todavía no están dadas las condiciones para que haya inversiones».
El secretario de Comercio, Miguel Braun, afirmó que la Argentina necesita avanzar en acuerdos comerciales que le ofrezcan oportunidades de negocios a las empresas.
El ministro de Producción lo respaldó. «No existe más el modelo de los 70, las inversiones vienen atraídas por un segmento específico. Son parte de una cadena global de valor», subrayó.
Frente a este cambio radical en el paradigma de industrialización, el vicepresidente de la UIA y titular de la Coordinadora de Productos Alimenticios (Copal), Daniel Funes de Rioja, balbuceó la necesidad de avanzar en «reformas de segunda generación» que permitan ganar competitividad. Osea, bajar impuestos, mejorar la logística, dar más crédito y bajar el «costo laboral».
En la apertura del encuentro participó el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien resaltó que la ciudad de Buenos Aires «en 2017 superará el 25 por ciento del presupuesto destinado a la inversión pública».
Como paliativo al drástico cambio de modelo, Cabrera anunció que en el corto plazo entrará en vigencia el programa Ahora 18, una versión extendida del Ahora 12 para impulsar el alicaído consumo en el país. También dijo que el Ministerio que conduce decidió «aumentar reintegros de exportación».
Los gobernadores presentes en la conferencia industrial reconocieron que hay «datos preocupantes de la realidad argentina».
«Es difícil tener una mirada objetiva sobre la realidad económica del país», consideró el gobernador santafesino Miguel Lifschitz. El mandatario aseguró que, a pesar de que «la recesión ha sido sostenida a lo largo del año, Santa Fe y Córdoba, fueron las únicas provincias que pudieron escapar de ella».
El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, coincidió con su par santafesino al ofrecer «una mirada optimista respecto de la Argentina».
«Estamos mal, pero estamos bien», dijo el mandatario provincial para emular a Carlos Menem.
En tanto, la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, reclamó «ayuda» a los industriales y los exhortó a que inviertan. «Me toca pedir ayuda, los necesitamos», enfatizó. Fue la más categórica entre los gobernadores presentes. Exhortó a empresarios e industrias a crear «un millón de puestos de trabajo en blanco y genuinos» que «de verdad generen desarrollo», y aseguró que «con más empleo» habrá «menos inseguridad».