Miguel Del Sel confirmó ayer que el viernes próximo dejará el cargo de embajador argentino en Panamá para retomar su carrera artística. Y, respecto de su futuro, aseguró: «La política es una etapa que entra en suspenso y quizás se haya terminado, no lo sé».
Miguel Del Sel confirmó ayer que el viernes próximo dejará el cargo de embajador argentino en Panamá para retomar su carrera artística. Y, respecto de su futuro, aseguró: «La política es una etapa que entra en suspenso y quizás se haya terminado, no lo sé».
«Dejo la embajada el viernes y el 31 de marzo ya estoy viajando a la Argentina y empiezo los ensayos con Dady (Brieva) y el Chino (Volpato). Regresamos el 1º de junio al teatro Opera (Capital Federal)», precisó Del Sel acerca del retorno a las tablas del trío humorístico Midachi.
«La política es una etapa que entra en suspenso y quizás se haya terminado, no lo sé. Se viene una etapa de estar más tranquilo, de volver a la actuación y de estar junto a mis hijas que, en el último año, las he visto sólo 20 días», afirmó Del Sel en declaraciones a Radio Dos.
Al respecto, el ex candidato a gobernador santafesino agregó: «De la política, lo que no me gusta es la intención que tienen muchos de despedazar al otro».
«Seguramente he metido la pata en cuestiones de protocolo, pero muchos me lo agradecen», prosiguió Del Sel al repasar su experiencia diplomática.
Además, aludió a los Panamá Papers, un caso que tocó la figura del presidente Mauricio Macri. «Es un tema del que se habla constantemente. En cada reunión se encargan de explicar que en ese país se hacen las sociedades offshore, que no es delito. Le dan una bola que, por ahí, no es», afirmó.
Tras destacar que los funcionarios del país caribeño «están enojados porque lo llaman (al caso) Panamá Papers, y tendría que ser Mossack Fonseca Papers», aclaró: «Los que metieron la pata, que la paguen en la Justicia».
Acerca del futuro del PRO en la provincia, Del Sel reconoció que «hay mucha gente que puede aportar en Santa Fe, como Luciano Laspina, Jorge Boasso, Roy López Molina y José Corral».
«Por supuesto que hay que elegir a una buena persona, porque elegir a un corrupto hace que todo se caiga a pedazos», concluyó.