La Psicóloga de Reconquista escribió una columna en Semanario Reconquista de este domingo.
POR: Lic. Lucrecia Cripovich
MP: 985
Semanario Reconquista
Cuando hablamos de violencia, nos podemos referir a los tipos, como son la violencia física, psicológica, económica. O podemos también referir al espacio o lugar, violencia institucional, violencia domestica, violencia social, etc.
Si nos ponemos a Reflexionar, podemos apreciar que hoy en día todos estos modos de violencia se dan continuamente en nuestra sociedad. Y que de alguna manera nos atraviesan o nos tocan de cerca a todos. Escuchamos diariamente el relato de muchas mujeres que sufren violencia por parte de sus parejas, padres que no saben cómo poner límites a sus hijos y terminan arreglándolo con un golpe o gritos. Escuchamos hablar de suicidios por bulling o depresiones por maltratos de compañeros en la escuela o en el trabajo.
A veces la violencia nos afecta s a nosotros y a veces la ejercemos contra otros, pero siempre, de alguna manera, nos llega o atraviesa.
Por eso es importante ponerse a pensar ¿Qué no esta pasando como sociedad y como sujetos, que la violencia se nos hace cada día mas común?; la minimizamos, pensamos que son formas “normales” de actuar, o reaccionar ante un problema.
Sigmun Freud, en su libro “Malestar de la Cultura”, ya nombraba la violencia en las masa y colectivos de personas, y la identificaba como un instinto de muerte desviado hacia el mundo exterior y que sale a la luz en forma de instinto de agresividad y destructividad.
Traemos, desde tiempos remotos, la idea de la violencia como Fuerza Física, Poder, Vigor. Entonces, nos sentimos superiores si tratamos mal a un mozo por qué no nos atendió como queríamos, a una cajera de supermercado, o a un inspector de transito que nos está marcando un error propio; a un compañero de trabajo que piensa diferente a nosotros o a nuestros hijos porque no ordenaron los juguetes.
Ahora, el punto está en reflexionar porque nos sentimos capaces de actuar como violentos. Porque, cuando actuamos de esa manera, somos personas violentas. Choca pensarlo así, pero en eso nos transformamos en esos momentos.
Hay una frase muy linda que dice: si ensuciando a tus hijos no los limpias, ¿Qué te hace creer que gritándole lo vas a tranquilizar?
Como sociedad deberíamos reflexionar porque actuamos de manera violenta. Si es por falta de límites, si se perdieron los valores, si ya no existe el respeto por el otro, si nos creemos mejores en todo, que no permitimos el error ajeno.
En mi opinión, creo que es un poco de todo esto, pero sobre todo, lo que falta es “La Palabra”. Lo más perdido de todo, a pesar de que hoy con toda la tecnología que existe, que nos mantiene mas conectados, no hay DIALOGO. Y por el dialogo lo digo en dos sentidos, externo, hacia los que nos rodea y sobre todo interno. ¿Interno? Sí, interno. Ponernos a reflexionar y dialogar con uno mismo porque actuamos de esa manera, que nos está pasando en nuestro interior, que nos molesta. Partiendo de estas preguntas y practicando un dialogo con uno mismo nos puede ayudar a entender nuestro mundo interior y hacia afuera. Bajar el nivel de agresión, para dar lugar al dialogo.
El dialogo es constructivo, ayuda a recomponer las cosas, a llegar a acuerdos, a aceptar que a veces estamos equivocados o que los otros pueden pensar o hacer cosas diferentes a uno mismo.
El dialogo nos ayuda a encontrar un modo reflexivo de lidiar con lo que nos pone mal. Probar con un ¿me podes hablar mejor?, ¿se siente bien hoy, que me habla de esa manera? ¿Lo puedo ayudar en algo que lo veo mal? Ahora, sí una vez, después de dialogar, de conversar con otra persona, llegar a una acuerdo o disculparse entre ambos, y no se siente bien porque sigue sintiendo enojo, malestar frente a esa persona, lo irrita, entonces, quizás el problema es más profundo y necesite ayuda psicológica o tratamiento psicoterapéutico.
Muchas cosas que nos molesta del otro, son problemas no resueltos de uno mismo. Y cuando a uno le comienza a molestar muchas personas, permanentemente está viendo lo malo de todos los que lo rodean, quizás tenemos que pensar que nos está molestando o no estamos conformes en nuestras vidas.
Una forma de poder examinar en que situación estamos con respecto a la violencia que ejercemos conscientes o inconscientemente en la sociedad, es haciendo el siguiente ejercicio:
Durante una semana intente realizar estas cinco acciones: 1- No levante la voz excepto que sea de vida o muerte. 2- Dialogue sin usa palabras ofensivas o lastimosas con su pareja, hijos, compañeros de trabajo para llegar a acuerdos o tratar temas de límites o alguna situación conflictiva que se presente. 3- No critique, ni hable mal de nadie. Solo hable aspectos positivos de la gente. 4- Obviamente no pegue o golpee. 5- Intente pedir disculpas si le están mostrando una equivocación suya.
Buena suerte y buena semana!!!