José Corral, jefe del radicalismo, avaló libertad de acción para armar listas con el Socialismo por afuera de Cambiemos. El presidente lo había bendecido como precandidato a Gobernador.
La furia de Mauricio Macri contra José Corral, presidente del Comité Nacional de la UCR, estremeció los pasillos de la Casa Rosada el miércoles por la noche. En la Casa de Gobierno se resquebrajó el vínculo político con el radicalismo a partir de la libertad de acción otorgada por ese partido en la provincia de Santa Fe para que cada distrito pueda cerrar frentes electorales con el gobernante Partido Socialista, dejando así de lado un armado político compacto de la UCR dentro de Cambiemos de cara a las legislativas de octubre.
No sólo el Presidente manifestó su decepción y bronca contra Corral, en su condición de jefe de la UCR a nivel nacional. También Rogelio Frigerio, ministro del Interior y Obras Públicas, le reprochó a Corral, intendente de la ciudad de Santa Fe, la falta de coherencia de su partido y la incapacidad para torcer la decisión de la Convención santafesina de la UCR que otorgó libertad de acción en esa provincia. El Poder Ejecutivo no sólo colabora con Corral a través de jugosas transferencias de partidas para obra pública en la capital santafesina sino que además abrió espacios clave de participación para el radicalismo en el gabinete nacional donde el centenario partido encabeza cuatro Ministerios: Agricultura, Ganadería y Pesca (Ricardo Buryaile), Defensa (Julio Martínez), Oscar Aguad (Comunicaciones) y José Cano (Plan Belgrano). El esquema se replicó en provincia de Buenos Aires donde Daniel Salvador oficia de vicegobernador.
Macri no lograba digerir cómo los radicales braman contra el Gobierno nacional cada vez que, el Presidente o María Eugenia Vidal tienen un gesto de acercamiento con el peronismo. Tanto que hasta Marcos Peña se encargó de aclarar que la UCR es el principal socio político del oficialismo en Cambiemos, junto con la Coalición Cívica de Elisa Carrió. «Cada vez que (Emilio) Monzó o algún dirigente propone ampliarnos hacia el peronismo, los radicales ponen el grito en el cielo. Y ahora que tienen la oportunidad de tener el apoyo del Gobierno nacional en la elección de Santa Fe dan libertad de acción para jugar con el socialismo. No los entiendo», fue parte de la catarsis presidencial.
La decepción de Macri con Corral es doble. No sólo por la falta de apoyo de la UCR de Santa Fe de cara a las legislativas sino también porque el Presidente, en un asado celebrado con los diputados y senadores de Cambiemos en Olivos, había bendecido a este intendente de Santa Fe capital como primer anotado en la lista de diputados nacionales por esa provincia y precandidato a gobernador en 2019. Tanto que el PRO llegó a desactivar las negociaciones con el peronismo de Omar Perotti para privilegiar la alianza con los radicales.
Santa Fe es un distrito clave para el Gobierno nacional. Representa el 10 % del padrón electoral y en octubre elige 10 diputados nacionales y allí el PRO, a través de Miguel del Sel, estuvo a punto de arrebatarle el poder al Frente Progresista de Miguel Lifschitz, quien ganó la gobernación por un escaso margen de votos. Esos comicios de 2015 jubiló a Del Sel de la política, lo recluyó en una embajada en Panamá y, en las próximas semanas, lo devolverá al trío cómico Midachi.
El oficialismo vuelve ahora a apostar por Luciano Laspina, el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados que es impulsado por Carrió para ser candidato a gobernador en 2019.
En lo territorial, la decisión de la Convención UCR de Santa Fe implica una derrota de Corral ante el presidente de la UCR santafesina, Julián Galdeano, alineado con el socialismo.
Por una decisión del gobernador Lifschitz, en Santa Fe las elecciones locales -12 intendentes, concejales y presidentes comunales- se realizarán en forma conjunta con las nacionales de diputados, aunque con dos sistemas electorales distintos. Galdeano, para suavizar la ira de la Casa Rosada, aseguró que había quienes en el partido planteaban «posturas de máxima» que implicaban una ruptura con el socialismo o con el PRO, y que se logró una «síntesis». No es lo que opina Macri.
De acuerdo con el documento aprobado por la Honorable Convención Nacional de Santa Fe, la UCR optó por «declarar su apoyo y acompañamiento a la gestión de Gobierno del Frente Progresista Cívico y Social, ratificando la integración del mismo como herramienta transformadora que, a la vez que mejora la calidad de vida de los santafesinos, permita a la Unión Cívica Radical consolidar y ampliar su base de desarrollo territorial en municipios y comunas de la provincia».
Desde Santa Fe, Federico Angellini, coordinador del Ministerio del Interior manifestó «decepción y sorpresa con los radicales. Pensábamos que la UCR iba a tener mayor compromiso con el cambio impulsado por el Presidente».