El ministro de Justicia objetó la demanda de regularización y fustigó también al gremialista Piumato por su denuncia de precarización laboral.
El ministro de Justicia y Derechos Humanos provincial, Ricardo Silberstein, cuestionó la decisión de 17 jueces subrogantes que fueron a pedir a la Legislatura santafesina una ley que los regularice en sus cargos y —todo indica— sin concursarlos.
«Es una locura, sinceramente. A veces creo que nada me sorprende y luego me vuelvo a sorprender con algo disparatado como esto. Que, además, me preocupa seriamente porque es muy grave», aseveró el funcionario.
El caso salió a la luz poco antes de que el jueves pasado llegara a la capital provincial Julio Piumatto, secretario general del gremio judicial nacional, quien cuestionó la situación de precarización que, según denunció, se evidenciaba en Santa Fe como en ningún otro lugar del país. Al respecto, el sindicalista advirtió que las subrogancias eran «trabajo esclavo encubierto».
«Se presume que todo ciudadano conoce la ley, pero alguien que ocupa el cargo de magistrado está obligado a conocerla y mejor. Pretender que por una ley se pueda designar, o sea, darles derecho a los jueces subrogantes de manera permanente, sería lo mismo que una ley dijera que solamente el gobernador podría normar magistrados sin acuerdo legislativo. Sería una locura», replicó Silberstein.
Al respecto, agregó: «¿Podría haber una ley que diga eso? No, del mismo modo en que no puede existir una que diga que la Asamblea Legislativa tiene la potestad de nombrar los jueces sin que el Ejecutivo mande los pliegos tras los concursos. Sería una violación flagrante a la Constitución provincial, incluso a la nacional».
El ministro salió al cruce, de ese modo, del pedido que 17 jueces subrogantes hicieron el miércoles a senadores de la comisión de Asuntos Constitucionales.
Luego, Silberstein se declaró «perplejo» por las declaraciones de Piumatto. «Sería más o menos lo mismo que diría el secretario general del gremio si el gobernador reclamara ser quien nombre al secretario general del sindicato y no los afiliados con su voto. Sería una situación del todo anómala», sostuvo el ministro.
En esa línea, añadió: «Muchos de esos cargos subrogados fueron concursados y los ganó otro postulante. Es decir: hay gente que le ganó el concurso a quien subrogaba el juzgado. Imagínese que esa gente que ha concursado y ganado con toda razón podría hacerle un planteo al Ejecutivo preguntando por qué se deja al frente de un juzgado a alguien que perdió y no nombra a quien ganó el concurso».
En la última acordada sobre la cuestión, la Corte Suprema pidió la prórroga de algunas subrogancias (lo que sí debe hacerse por ley) y afirmó que hay muchos jueces en esa condición de interinidad.
«De lo que en realidad estamos hablando es que dentro de 90 días sólo habrá 46 cargos vacantes, entre los 382 cargos de magistrados que tiene el Poder Judicial (sin contar los Ministerios de la Defensa y Acusación), un 12 por ciento (en la Nación las vacancias rondan el 25 por ciento). En pocos meses estaríamos en la ratio normal, que puede ser entre 5 y 7 por ciento de vacancia, que no justifica ninguna manera una normativa como la que se pide y que, insisto, aunque quisiéramos no se podría dictar», concluyó Silberstein.