El gobernador mantuvo una reunión con el concejal de Reconquista este fin de semana y encendió aún más la interna del Frente Progresista.
El gobernador esperaba que la reunión se mantuviera en secreto, por lo menos algunos días, pero a Hugo Firmán le cuesta guardar este tipo de secretos, más aún cuando se trata de las próximas elecciones y de la confianza del máximo mandatario provincial para su candidatura.
«Tomamos unos mates, fue una visita de amigos», dijo Firmán que hace poco tiempo había asegurado que estaba «más cerca de Cambiemos» para las próximas elecciones porque «los socialistas no me representan para nada».
«No hubo ninguna definición», aclaró Firmán pero adelantó que este tipo de reuniones «forma parte de las conversaciones que uno está teniendo».
Su intención de ventilar la reunión no es para nada inocente, sabe perfectamente que «los jacintos» no quieren compartir la relación con los socialistas y mucho menos con Firmán. La ira de los radicales que responden al proyecto que gobernó la ciudad hasta 2015 están que trinan al enterarse del encuentro y esperan una explicación del gobernador.
Desde el entorno del primer mandatario no tienen ningún problema en explicarlo: «las encuestas favorecen a Firmán de cara a una posible interna» y entienden que se puede llegar a un acuerdo con él para armar una estrategia de gobierno de cara a 2019. Los jacintos no comparten esta postura y consideran que Firmán traicionará al socialismo como lo hizo con ellos luego de ser elegido concejal.
Lifschitz quiere recuperar la ciudad de Reconquista para el Frente Progresista y está dispuesto a correr ese riesgo y el costo político de recurrir al hombre que los criticó con dureza durante gran parte del año pasado.
En momentos de definiciones, esta reunión puede generar amores y odios dentro del radicalismo y su relación con los socialistas.