Opinión de Sergio Rojas, Coordinador del Plan del Norte del Gobierno de Santa Fe.
Hoy comenzamos a escuchar y leer varias voces que se encienden en contra de las promesas incumplidas por el presidente Mauricio Macri respecto a su intento de programa de desarrollo social, productivo y de infraestructura denominado “Plan Belgrano” para el gran norte argentino; mientras que el Gobierno del Frente Progresista demuestra, una vez más, su capacidad de planificación provincial al gestionar estratégicamente el territorio santafesino, con la creación, impulso y concreción del “Plan del Norte”… Una realidad similar, dos respuestas diametralmente opuestas.
Durante la campaña presidencial, Mauricio Macri lanzaba en Tucumán el “Plan Belgrano” para el NOA y NEA, asegurando una inversión en infraestructura por 16 mil millones de dólares, junto a un fondo de reparación histórica de 50 mil millones de pesos. Casi simultáneamente, el entonces candidato a gobernador, Miguel Lifschitz, en el punto N° 31 de las “100 propuestas para los primeros 100 días de gestión”, en caso de llegar a la Casa Gris, establecía la creación de un “Plan Estratégico de Desarrollo del Norte Santafesino”, que luego fuera bautizado como “Plan del Norte”.
A priori, las intenciones de Macri y Lifschitz apuntaban hacia un mismo objetivo pero, si a las pruebas nos remitimos, los resultados distan mucho entre ambas gestiones gubernamentales. Pasados los 16 meses desde el inicio del mandato presidencial, aún cuesta entender de qué se trata el Plan Belgrano: no existe discurso, manual ni enunciado que pronuncie las problemáticas específicas de las provincias norteñas ni tampoco una serie de propuestas pormenorizadas para abordar cada una de ellas. Ni siquiera los diez gobernadores del norte argentino, principales protagonistas para lograr el crecimiento de sus provincias, fueron convocados alguna vez en conjunto.
Como contraparte, el Plan del Norte se convirtió en decreto y comenzó su construcción durante un poco más de tres meses, donde todos los Ministerios y Secretarías de Estado, autoridades locales, legisladores, las instituciones más representativas del territorio junto a los ciudadanos y ciudadanas de los departamentos Vera, General Obligado y 9 de Julio, participaron de foros basados en el diálogo, los debates y consensos, que arrojaron como consecuencia 130 proyectos organizados en torno a tres líneas estratégicas: Integración territorial, Arraigo regional y Economía para el desarrollo. Esos proyectos fueron descriptos formalmente en una publicación presentada por el gobernador Lifschitz el mismo día que envió a la Legislatura Provincial el proyecto de ley del Plan del Norte, para que tenga continuidad mas allá de la actual gestión y se convierta en una verdadera política de Estado.
Desde el punto de vista de las partidas, el Gobierno Nacional no delimitó un presupuesto para el Plan Belgrano, no consiguió establecer un orden de políticas específicas estructuradas de acuerdo a las diferentes áreas de gobierno, no puede tampoco referirse en los hechos a esas grandes inversiones de las que habló alguna vez y que – al menos por ahora – no se han transformado en las obras tan necesarias y esperadas, sino que simplemente se limitaron a darle continuidad a los proyectos de la gestión anterior (ésa que tanto critican).
En el norte santafesino la historia está marcando otro ritmo y avanza a paso firme: a partir del 2017, el Plan del Norte cuenta con una identificación presupuestaria propia, la cual estipula que cada Ministerio asigne los fondos destinados a reforzar las inversiones y la implementación de los proyectos que se realizan en su marco. Incluso, comparativamente al 2016, el presupuesto del corriente año refleja un incremento del 218%, con más de 3 mil millones de pesos para los departamentos Vera, General Obligado y 9 de Julio. Sin embargo, los fríos números no se mantienen sólo en papeles, sino que ya se registra un avance en más del 60% de los proyectos del Plan del Norte. Para nombrar algunas obras de relevancia, es posible citar la repavimentación de la Ruta Provincial Nº 2 ($323 millones) en el departamento 9 de julio, la pavimentación del tramo Intiyaco – Golondrina de la Ruta Provincial N° 3 ($170 millones) en el departamento Vera, el acceso a la localidad de La Sarita por Ruta Provincial Nº 96s ($167 millones) en el departamento General Obligado; la implementación del Fondo de Electrificación Rural; la construcción de la 5° etapa del Acueducto Reconquista ($265 millones), y de redes domiciliarias del Acueducto del Norte Santafesino; los sitios completos de telefonía móvil 3G y 4G en la Cuña Boscosa y los Bajos Submeridionales; la entrega de viviendas en localidades de Vera y General Obligado; la licitación del edificio del Instituto Superior del Profesorado N° 4 de Reconquista ($156 millones); el fortalecimiento del sector algodonero ($18 millones) y del sector cañero ($20 millones), entre otros logros.
En otra dirección, podríamos decir que si en la “década ganada” se miró especialmente al sur argentino, en la llamada “revolución de la alegría” los intereses siguen concentrados en las nuevas provincias amigas que condujeron al triunfo de Cambiemos, con su epicentro en la Ciudad y Provincia de Buenos Aires. Mientras tanto, los recursos nacionales destinados a inversiones para el NOA y NEA, disminuyeron el 12,45% entre 2015 y 2016.
En Santa Fe, en cambio, la bandera de la participación, la igualdad, la solidaridad y la construcción colectiva sigue flameando, sin distinción de colores políticos a la hora de la distribución de partidas, como sucede con el Fondo de Obras Menores, que se efectiviza regularmente, o con los convenios para la ejecución de obras en comunas y municipios, impulsados desde el Ministerio de Infraestructura y Transporte, donde nadie es discriminado por no ser parte del Frente Progresista.
Asimismo, no está de más dejar en claro que el gobierno santafesino intentó, hasta último momento, ser incluido en el Plan Belgrano: considerando que el norte provincial posee características e idiosincrasia similares a las de algunas provincias comprendidas (Chaco, Formosa, Santiago del Estero), ¿por qué no contemplarlo en un plan – en teoría – tan auspicioso? Reuniones, encuentros, solicitudes y hasta pedidos públicos no sirvieron para conseguir dicha incorporación… Así que Santa Fe siguió su camino, no quedó a la espera de la supuesta esperanza teñida de amarillo, se subió al tren comandado por Lifschitz, un tren de futuro y progreso.
Por último, pero no menos importante, el Gobierno Nacional continúa sin abonar la deuda que tiene con Santa Fe, la cual – a valores actuales – ascendería a casi 40 mil millones de pesos, contando con sentencia firme de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En un primer momento, se dijo que la dificultad para pagarla yacía en el motivo de no poseer los fondos suficientes; sin embargo, en enero pasado, el presidente Mauricio Macri anunció que destinaría 25 mil millones de pesos “extra” a la provincia de Buenos Aires… 40 mil millones de pesos, cifra suficiente para concretar todos los proyectos del Plan del Norte impulsado por el gobierno encabezado por Miguel Lifschitz; 40 mil millones de pesos invertidos para el desarrollo integral de más de 250 mil habitantes norteños, santafesinos y, fundamentalmente, argentinos.
En fin, sabemos que todavía debemos continuar trabajando de forma consistente y sostenible para reducir las brechas territoriales, sociales y económico-productivas, resultado de un modelo de desarrollo que, a lo largo de más de 150 años, se ha inclinado a favor del centro – sur provincial; no obstante, gracias a los frutos que comienzan a visualizarse, podemos demostrar que el discurso del Frente Progresista se corresponde claramente con las acciones y no es producto del marketing político de ningún asesor, sino el logro de la reivindicación de la Política como herramienta de transformación de la realidad.