Ana Viglione y Andrés Ferrato negaron haber ordenado investigaciones de narcotráfico a un comisario que tiene mails que probarían lo contrario.
Los ex jefes de la disuelta Secretaría de Delitos Complejos de la provincia fueron acusados de cometer falso testimonio cuando declararon en la megacausa de Los Monos en 2013. La abogada y policía Ana Viglione, que sigue en funciones dentro de la órbita estatal, y su entonces segundo Andrés Ferrato, también abogado, se abstuvieron de declarar ayer ante el fiscal Aníbal Vescovo. La audiencia se hizo en la sede de fiscalía sin la presencia de un juez ni de público porque siguen en libertad. La imputación se basa en que ambos negaron haber ordenado investigaciones sobre narcotráfico cuando recibieron mails de subordinados con informes sobre el tema.
La causa contra Viglione y Ferrato fue iniciada en 2014 por Juan Carlos Vienna, el juez que dirigió la investigación a la banda al mando del clan Cantero. Una causa por la que once personas pactaron un juicio abreviado y otras 23 esperan juicio oral. Pero el expediente 48/14 por presunto falso testimonio quedó inactivo, sin que los funcionarios fueran imputados, hasta que pujó por reactivarlo el comisario inspector Gustavo «Gula» Pereyra, procesado por pasarle información a la banda.
El comisario
Pereyra era empleado en Delitos Complejos. Está en libertad y a la espera del juicio oral con fecha oral fijada para el 21 de junio. Luego de un debate sobre dónde se radicaría la causa contra sus superiores, que quedó en el nuevo sistema penal, el año pasado Gula se constituyó como querellante en ese legajo aún sin imputados, en una audiencia de la que Ferrato y Viglione participaron sin hacer intervenciones.
Finalmente el fiscal Aníbal Vescovo le dio forma a la acusación y ayer cumplió con el paso formal que faltaba, el más relevante. En dos audiencias sucesivas los ex jefes de Delitos Complejos fueron informados de sus derechos, del delito que les imputan —falso testimonio en una causa penal— y de la evidencia en su contra.
Luego de escuchar al fiscal ambos dialogaron brevemente con sus defensores y decidieron abstenerse de declarar. A Viglione la defiende el abogado Daniel Terani. Ferrato es representado por la defensora pública Alejandra Paolini. De los dos actos participó además Alberto Tortajada, que lleva adelante la querella en nombre de Pereyra.
La evidencia está formada por las declaraciones testimoniales que ambos prestaron en la causa 913/12 por asociación ilícita en su rol de jefes de Gula. Entonces ambos dijeron que no le habían dado a Pereyra directivas de investigar casos relacionados con drogas. Sin embargo, de la computadora secuestrada al comisario inspector se recuperaron fotos de búnkers y mails a sus superiores con informes sobre actividades de narcotráfico, lo cual desmentiría a sus entonces jefes.
Ahora el fiscal debe seguir reuniendo pruebas hasta resolver si les dicta el sobreseimiento, archiva la causa o formula una acusación de cara a un juicio. En el caso de un archivo la querella puede seguir adelante con la acusación. En una audiencia que se hizo la semana pasada para definir el formato del juicio oral a Los Monos, los abogados de Gula adelantaron que presentarán copias de la causa contra Viglione y Ferrato. Pereyra sostiene que sus jefes mintieron para perjudicarlo y no quedar ellos implicados.
El comisario inspector fue detenido el 5 de junio de 2013 por personal de la Tropa Operaciones Especiales en la misma sede del Ministerio de Seguridad provincial, en el edificio de la Gobernación. Quedó bajo sospecha porque lo mencionaron en escuchas uno de los procesados como jefes de la banda, Ramón «Monchi» Machuca, y Juan «Chavo» Maciel, un sargento que respondía a Gula y que ya pactó una condena a 3 años en un juicio abreviado. Si bien Monchi y el Chavo nombran a Gula, a Pereyra no lo comprometen escuchas propias.
Su actividad
Al ser indagado por cohecho y tráfico de influencias él negó conocer o tener relación con los demás acusados en la causa. Era jefe de una brigada operativa desde diciembre de 2012. Dijo que trabajaba recolectando información de calle y que en forma personal o telefónica Ferrato y Viglione le pedían datos relacionados con drogas y búnkers. En relación con la causa Monos dijo que Ferrato le había encargado una averiguación sobre la casa quinta de Pérez y el patrimonio de los Cantero, informe que dijo haber prestado en forma oral una semana antes de ser detenido.
El juez Vienna sobreseyó a Gula al no hallar pruebas de peso en su contra. Pero el camarista Daniel Acosta ordenó revertir la medida. Tuvo en cuenta que de la computadora del comisario se recuperaron archivos borrados con fotos, seguimientos a narcotraficantes, domicilios de kioscos de drogas, frentes de viviendas de supuestos narcos y organigramas de bandas estructuradas con archivos y fotos de delincuentes que supondrían un conocimiento mayor al admitido por Gula.
El juez ponderó además su rol jerárquico sobre Maciel, designado a su instancia pese a que no todos confiaban en él dentro de la oficina. En septiembre de 2015 la jueza Alejandra Rodenas, quien sucedió a Vienna al frente de la causa Monos, procesó a Pereyra por poner información reservada a disposición de la banda. Un año después Gula presentó la querella contra sus superiores, ahora acusados de mentir en la causa provincial de más trascendencia política de los últimos años.