Editorial de Leonardo Rolón en Semanario Reconquista.
Mucho se viene hablando de la quita de pensiones a las personas con capacidades diferentes promovida por el gobierno de Mauricio Macri, amparándose en un decreto que viene del gobierno de Carlos Menem (y pensar que aún hay gente que niega el retroceso, por lo menos, a la década del ’90).
Nótese entonces lo adrede de la elección de la palabra «discapacitados» para titular esta editorial. Es que la discapacidad es la “falta de una facultad física o mental que imposibilita o dificulta el normal desarrollo de una actividad”.
¿Acaso a alguien se le ocurre afirmar que quienes han tomado esta cruel decisión, con la simple justificación de que “una persona con Síndrome de Down podría trabajar si quisiese”, están en plenas condiciones mentales de gobernar un país? Ni siquiera sirven para completar el cupo de cargos dentro del Estado que les deben ser asignados por ley, aunque la misma se refiera a otra cosa.
«No, lo que se busca reduciendo un millón de pensiones de este tipo es achicar el déficit fiscal»… ¡¿Lo dicen enserio?! (A veces uno comienza a dudar también de las capacidades mentales de quienes continúan apoyando a este gobierno, incluso cuando toma este tipo de medidas).
Ahora bien, si realmente buscan reducir el déficit fiscal, desde este espacio se pueden aportar algunas ideas -así de paso ilustran un poco sus fundamentaciones-. Sólo las jubilaciones de privilegio que cobran los jueces en retiro efectivo representan para el Estado argentino un costo superior a los $1163,5 millones, monto al que hay que sumarle los $166,4 millones que conciernen a lo que se les abona a los jubilados del servicio exterior. Estas erogaciones de privilegio generan en el sistema un déficit anual de $433 millones en el caso del Poder Judicial, y de $62,4 millones en las jubilaciones de los diplomáticos.
Para que tengan una idea, un juez jubilado cobra la friolera de 40 jubilaciones mínimas. Entonces, y ahora con los números sobre la mesa, ¿de verdad siguen creyendo que vienen a reducir el déficit fiscal?
Por si quizás esos datos no les resultan suficientes y continúan argumentando que “muchas pensiones se otorgaron a todo el mundo y mal”, hay más datos que pueden ayudarlos a reflexionar un poco más.
Con los últimos aumentos, el Presidente pasó a ganar $208.000 mensuales mientras niega las paritarias nacionales o les pone tope. Sus Ministros, incluso algunos que no aparecen siquiera para la foto como el Rabino Bergman, ganan $183.000 por mes. Y aunque parezca mentira, hasta hace poco tiempo se pagaba jubilaciones de privilegio a ex miembros de la dictadura.
A fines del tan mentado sinceramiento, si el gobierno quiere comenzar a trabajar en reducir el gasto público y combatir el déficit fiscal, primero debería probar con retirarle los privilegios a los que no deben tenerlo, porque se supone han puesto su cuerpo a disposición de la población y en favor de ésta. Además, sería una buena señal para el ciudadano de a pie. Pero claro, los ciudadanos de a pie jamás les importaron, y la única capacidad plena que demuestran es la de favorecer sus intereses y los de unos pocos en detrimento de los de la patria.