Personal y Movistar subirán tarifas en las próximas semanas; Claro ya lo había hecho; dicen que es necesario para mejorar la calidad del servicio
La inflación acaba de propinar el segundo golpe del año a uno de los servicios más cercanos al corazón de los consumidores argentinos. Entre el mes pasado y octubre próximo, las compañías de telefonía celular completarán el segundo aumento del año, una saga que comenzó el verano pasado, cuando Movistar, Claro y Personal retocaron sus tarifas para llamadas y paquetes de datos.
Movistar, la compañía de telefonía móvil de la española Telefónica, comenzó a anunciarles a sus clientes que retocará sus precios el mes próximo. Al igual que el resto de las empresas, está obligada a anunciar con antelación cualquier cambio en las tarifas.
Desde el 25 de septiembre próximo los clientes prepagos (los que realizan una carga para tener saldo) tendrán un aumento promedio del 12%. Los usuarios que estén bajo la modalidad pospago (con factura) tendrán un ajuste similar al corte de la facturación de ese período.
Se trata del segundo incremento de la empresa en el año. Ya había aumentado sus servicios en torno del 12% en marzo pasado.
Personal, la compañía de celulares de Telecom, subirá 4% en promedio los precios para los clientes prepagos a partir del próximo 8 de octubre. Ya había aplicado una suba de 9,5% para sus usuarios prepagos y con abono en junio pasado.
Fuentes de la empresa indicaron que «la estrategia de precios de Personal busca ofrecer una propuesta transparente, permitiendo controlar aún más el gasto. Y, si bien se hace necesario aplicar incrementos puntuales en los precios nominales para sustentar los altos niveles de inversión, del orden de $ 13.000 millones para 2017, acordes con la permanente necesidad de ampliar las redes móviles en todo el país, paralelamente la propuesta de servicios y beneficios ha evolucionado ajustándose hacia un uso intensivo de Internet móvil».
Para los clientes prepagos, Personal ofrece WhatsApp ilimitado todo el mes con sólo una recarga de $ 50 o más. Y duplicó recientemente los gigas incluidos en los planes para clientes con factura «sin costo adicional».
El abono de Olivia G., que forma parte de una flota compuesta por nueve teléfonos, pasó de $ 310 a $ 351. A cambio, la empresa le dio una ampliación en los servicios de datos.
La factura de otra clienta de Personal, Sabrina M., muestra que su factura se incrementó en $ 49 de mayo a junio pasado, lo que representó una suba apenas superior al 12%. Hoy paga $ 443.
Claro, la filial local de la firma de Telmex, informó la semana pasada que modificará sus tarifas el próximo 4 de octubre. La empresa sostuvo que no se trata de un aumento e precios, sino de una «readecuación de planes viejos». Su último ajuste había sido en marzo pasado y rondó el 12%.
El mercado móvil argentino se reparte aproximadamente de la siguiente manera: Claro tiene 21 millones de líneas (33%). La siguen Personal y Movistar, con 20 millones cada una, que equivalen al 32% de las conexiones. Nextel tiene un porcentaje menor.
Los aumentos que se aplicaron este año en las facturas de celulares son menores a los del año pasado, que estuvieron orientados por la elevada inflación (en torno del 40%) que registró el gobierno de Mauricio Macri en su primer año de gestión. En 2016, las empresas retocaron los precios al menos tres veces.
Recalculando
Las compañías debieron rever este año la manera en que calculan los ajustes de precios. Después de varios años en que las compañías y los consumidores aceptaron un encarecimiento sostenido del costo de vida en comparación con los años anteriores, el Gobierno anunció que llevaría a cabo una lucha declarada contra la inflación, una señal que nunca se dio desde la Casa Rosada en el último mandato de Cristina Kirchner.
Más allá de la suerte que tuvo Macri en esa empresa (el índice de precios al consumidor arrojó un incremento de 1,7% en julio y acumula 13,8% en lo que va de 2017), los economistas estiman que la cifra terminará por encima del 20%, pero muy por debajo de 2016.
Las menores expectativas inflacionarias, sumada a una situación económica poco prometedora, llevaron a las empresas a moderar sus expectativas de aumento.
Frente a las quejas por los aumentos de precios, las compañías telefónicas suelen argumentar que forman parte de uno de los sectores de la economía donde hay mayor competencia y demanda por parte de sus clientes, de manera que sus ingresos deben estar alineados con esos reclamos.