Luego de la declaración indagatoria ante el juez, De Vido será trasladado al hospital penitenciario central de Ezeiza para realizarse chequeos médicos
El diputado nacional Julio De Vido se entregó en los tribunales de Comodoro Py, minutos después de que el cuerpo de legisladores de la Cámara Baja decidiera quitarle los fueros que le otorgaban inmunidad. En total, 176 legisladores se pronunciaron a favor de desaforarlo al ex Ministro (entre ellos cuatro integrantes del bloque del Frente para la Victoria), ninguno en contra, y se registró apenas una abstención.
Cuando luego de la votación en la Cámara de Diputados un contingente de Gendarmería se presentó en el departamento que el ex Ministro tiene en la avenida Libertador y Coronel Díaz, De Vido ya se encontraba camino a Comodoro Py en un auto de sus abogados. Rodeados de decenas de curiosos que se acercaron a la puerta del edificio en medio de festejos y celebraciones por la decisión de los Diputados, los gendarmes estuvieron un buen rato dentro del edificio, hasta que finalmente se retiraron con las manos vacías.
Esto sucedió porque De Vido pasó la noche en el departamento de uno de sus hijos, en Palermo. Hoy, almorzó con su su familia en esa misma casa, y cuando la Cámara de Diputados votó su desafuero, se fue de allí en un auto, con destino a Comodoro Py, donde finalmente llegó pasadas las tres de la tarde. El ex Ministro entró a los tribunales federales por el Ala Río del edificio al grito de «mándenle champagne a la doctora Carrió». En el cuarto piso, que está cerrado y custodiado por la Policía Federal, él y sus dos abogados, Maximiliano Rusconi y Gabriel Palmeiro, fueron recibidos por el juez Luis Rodríguez, quien tiene a cargo una de las investigaciones que lo llevaron a la cárcel.
Luego de la declaración indagatoria ante el juez, De Vido será trasladado al hospital penitenciario central de Ezeiza para realizarse chequeos médicos, ya que el ex Ministro tiene diabetes. Esto no significa que el ex funcionario quede detenido en el penal de Ezeiza: eso se definirá en las próximas horas (la otra opción es que lo trasladen a Marcos Paz).
El ex ministro de Planificación del kirchnerismo tenía dos pedidos de detención: uno por la causa en la que se lo procesó con prisión preventiva por la compra de buques con gas natural licuado; la segunda, por manejos irregulares en la mina de Río Turbio.
En la primera de las dos, De Vido está acusado de haber participado en una «maniobra defraudatoria llevada a cabo en el marco de la importación de gas natural licuado realizada durante los años 2008 a 2015 por el Ministerio de Planificación Federal».
A través de esa maniobra, por la que arribaron al puerto de Bahía Blanca un total 232 barcos con GNL y al de Escobar 265, «se generó un perjuicio económico a las arcas del Estado» de aproximadamente USD 6.995 millones, «pues el precio por el que se abonó fue superior a los valores de mercado», indicó Bonadio.
En su fallo, Bonadio resolvió además trabar un embargo por $1.000 millones a Baratta y De Vido, sobre quien pidió el desafuero a la Cámara de Diputados, y también procesó al ex secretario de Energía Daniel Cameron y el ex ministro de Obras Publicas durante el menemismo Roberto Dromi, quien intervino como asesor y cobró supuestas comisiones indebidas.
Por otro lado, en la investigación en torno a los desmanejos de la mina de Río Turbio, el ex Ministro está acusado por la malversación de fondos públicos para distintas obras en esa localidad de Santa Cruz de unos $26.000 millones entre los años 2006 y 2016; además, se calcula que hubo un desvío de $265 millones hacia otros fines de los previstos.
La historia de De Vido
De origen porteño, en 1972 el arquitecto Julio De Vido empezó a trabajar como dibujante en la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL), que terminó siendo su forma de acercarse al peronismo.
De Vido empezó a participar de la Juventud Trabajadora Peronista (JTP) poco tiempo después de entrar a ENTEL, y tres años más tarde, la compañía de telecomunicaciones estatal lo transfirió a la ciudad de Puerto San Julian, en la provincia de Santa Cruz. Sin embargo, su mudanza definitiva a la Patagonia recién se concretó en 1982, cuando junto a su primera esposa Silvia Daniela Rodríguez y cuatro hijos se instaló en Río Gallegos para trabajar en la constructora Rodríguez Carrera.
Ese 1982 fue un año bisagra para De Vido, ya que después de su mudanza a la capital santacruceña, conoció al entonces militante del peronismo de esa provincia Néstor Kirchner, que ya tenía intenciones de competir por la intendencia de Río Gallegos en 1983, apoyado por su reciente esposa Cristina Fernández. Fue en un local de militancia peronista fundado por Kirchner y Fernández donde De Vido se acercó definitivamente al matrimonio que décadas después gobernaría la Argentina. Allí, De Vido trabajó junto a la hermana de Kirchner, Alicia, en lo que fue un exitoso segundo intento de Kirchner por llegar a la intendencia de Río Gallegos en 1987.
Tras esa victoria de Kirchner por apenas 111 votos, De Vido empezó su camino en la función pública. En 1989, en lo que fueron años tumultuosos para Santa Cruz (tuvo cinco gobernadores en cinco años) asumió como Director General de Obras Públicas del Instituto de Desarrollo Urbano y Vivienda (IDUV) provincial, y un año después, en 1990 lo nombraron Presidente de la Administración General de Vialidad Provincial.
Casi al mismo tiempo, De Vido se sumó a la campaña que el intendente Néstor Kirchner lanzó para competir por la gobernación, que finalmente logró en 1991. Ya con Kirchner Gobernador, De Vido siguió ligado a todo lo relacionado a la obra pública a la cabeza del ministerio de Economía y Obras Públicas santacruceño, que tuvo a su cargo entre 1991 y 1999.
En esos nueve años, De Vido ejerció otros seis cargos públicos (representante provincial ante el Consejo Interprovincial de Ministros de Obras Públicas -CIMOP-; representante provincial ante el Consejo Federal de Inversiones; representante provincial ante el Consejo Federal de Inversiones; presidente de la Comisión Federal de Impuestos; Coordinador General de la Unidad Ejecutora Provincial para los proyectos del Banco Mundial; y miembro activo de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos -OFEPHI-), y la buena situación económica de Santa Cruz lo posicionó dentro del Frente para la Victoria como un referente clave del naciente kirchnerismo.
En 1997 se postuló como diputado provincial, y casi al mismo tiempo fue uno de los impulsores de lo que ya asomaba como una candidatura presidencial de Kirchner. Dos años después, cuando asumía la presidencia Fernando de la Rúa, fue nombrado ministro de Gobierno de Santa Cruz, cargo que ejerció hasta que Néstor Kirchner fue electo presidente.
Desde ese momento, y hasta el 10 de diciembre de 2015, De Vido tuvo a su cargo el ministerio de de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, y durante todos esos años, controló todo lo relacionado a obra pública (rutas, edificios públicos, puentes), los servicios públicos (electricidad, gas, agua y cloacas), energía (minas, importación y exportación de gas) las telecomunicaciones (telefonía fija y móvil, internet, satélites), el transporte (trenes, subtes, colectivos, camiones, taxis), la construcción de viviendas sociales (Sueños Compartidos, Tupac Amaru), entre muchas cosas. Pero además de controlar su ministerio, De Vido tenía brazos en otras carteras y tenía la última palabra en las decisiones de muchos de sus compañeros de Gabinete.
La Tragedia de Once fue el primer freno al poder de De Vido. Luego de la muerte en 2012 de 52 personas por distintas irregularidades en torno al manejo de los trenes y los subsidios estatales, la presidente Cristina Kirchner le sacó el control del transporte público, y esa tarea recayó en Florencio Randazzo, que a su vez utilizó esa plataforma para impulsar su fallida candidatura presidencial.
Por ese accidente, el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime fue condenado, y De Vido se sentó por primera vez en el banco de los acusados, en un juicio que está en proceso y por el que podría ser condenado a 11 años de prisión por los delitos de administración fraudulenta y estrago culposo.
Pero antes de lo que ocurrió en Once, el caso Skanska fue el primero en el cual De Vido quedó involucrado. En esa causa, la Justicia investiga a la empresa sueca Skanska por pagar un 150% de sobreprecios a empresas fantasma para la construcción de dos gasoductos del norte y el sur. El caso fue cerrado en 2011 cuando la Justicia ratificó la decisión del juez Norberto Oyarbide, quien luego de haber procesado a ex funcionarios y ex ejecutivos de empresas privadas por la defraudación, resolvió que no hubo ni coimas ni sobreprecios. Si bien el caso había sido archivado luego del sobreseimiento de todos los acusados en 2006, la Cámara Federal de Casación reabrió la investigación en abril de 2016.
Pero también está previsto un juicio contra De Vido, aún sin fecha de inicio, por la causa en la que se sospecha que se pagaron sobreprecios en la compra de vagones de trenes usados a España y Portugal por los que el Estado argentino firmó contratos por €100 millones.
Además, el ex ministro está procesado en la causa que investiga irregularidades y sobreprecios en la compra de barcos contenedores de Gas Natural Licuado; y está citado a prestar declaración indagatoria el 28 de noviembre por la presunta malversación de caudales públicos en los fondos destinado al Yacimiento Minero Río Turbio.
Por otro lado, De Vido cuenta con varios procesamientos en su contra: en una de las causas está acusada junto a la ex presidente Cristina Kirchner por supuesto fraude en la obra pública; en otra se lo acusa por presunto desvío de subsidios estatales destinado a empresas de colectivos de transporte de pasajeros; y también en un expediente por no conformar los equipos de técnicos que debían evaluar la renegociación de los contratos ferroviarios.
Además, el ex funcionario es investigado por supuesto enriquecimiento ilícito, manejo irregular de fondos en la causa «Sueños Compartidos» y por la creación, nunca concretada, de la línea aérea LAFSA.