Con un enorme hermetismo, se realizó allanamientos en la vivienda del hijo del ex titular de la PDI. La información indica que se trata de una causa por «acoso» a través de las redes sociales, denominada como grooming.
En la mañana de este martes se realizó un allanamiento en la vivienda de Pasaje 53/55 al 361 de barrio América de la ciudad de Reconquista donde vive Walter Ezequiel Onieva, de 26 años.
Los policías de «Trata de Personas» y de la PDI realizaron el allanamiento y secuestraron varias computadoras de escritorio, una notebook y los teléfonos celulares de todos los miembros de la familia. El ex jefe de la PDI ya no vive allí, solo sus hijos y su ex mujer.
El Fiscal Alejandro Rodriguez, que tiene a su cargo la investigación, se negó a dar explicaciones del caso y adujo una «estrategia procesal».
Se trata de una investigación por «grooming» y «amenazas» iniciadas por el Fiscal Aldo Gerosa a instancias de padres de nenas de 10 y 12 años que mantenían contacto a través de las redes sociales con Onieva.
Grooming es delito
El grooming es el acoso sexual virtual a niños y adolescentes, consiste en acciones deliberadas por parte de un adulto de cara a establecer lazos de amistad con un niño con fines sexuales.
Se trata de una serie de conductas y acciones deliberadamente emprendidas por un adulto con el objetivo de ganarse la amistad virtual de un niño, creando una conexión emocional con el fin de disminuir las inhibiciones con el mismo.
El adulto procede a elaborar lazos emocionales (de amistad) con un niño. En algunos casos, a través de internet pueden simular ser otro niño o niña. Utiliza tácticas como la seducción, provocación y el envío de imágenes de contenido pornográfico logrando vulnerar la intimidad del chico, a cambio va obteniendo datos personales y de contacto. El adulto consigue finalmente que el niño se desnude o realice actos de naturaleza sexual. Entonces se inicia el acoso, chantajeando a la víctima para obtener cada vez más material pornográfico o tener un encuentro físico con el niño para abusar sexualmente de él.
En algunos casos, se puede buscar la introducción del chico al mundo de la prostitución infantil o la producción de material pornográfico. Por tanto está muy relacionado con la pederastía y en muchas ocasiones es la antesala de un abuso sexual en persona.
El daño al niño tiene una dimensión inherentemente moral. El acto tiene que ver con la vulnerabilidad en los niños y sus derechos individuales. Es un proceso que comúnmente puede durar semanas o incluso meses, provocando daños en el aparato psíquico de la víctima.