Opinión del concejal sobre la problemática que pone en vilo a 120 familias de la región.
Cuando uno escucha la noticia de que se levantan cabinas de peajes, lo primero que le viene a la cabeza es que es algo bueno. Que no tiene que pagar más por circular por rutas que no reciben el mantenimiento mínimo necesario.
Ahora, cuando piensa un poquito más, ya entra a observar que de dicha cuestión depende el sostenimiento de al menos ciento veinte (120) familias directamente, y de otras tantas de manera indirecta.
Luego, si se agudiza el análisis, uno se cuestiona: Si nunca se hicieron las obras necesarias desde hace muchísimo tiempo, si cuando cobraban cinco pesos ($ 5) las obras de mantención eran mínimas, ahora que ni siquiera se cobrará esa suma ¿Se hará más por la ruta más importante que cruza nuestra ciudad? Una ruta que es la principal vía de comunicación con el resto del país y el mundo (y lo que ello implica en un mundo conectado, global). Es ilógico quitar un canon para luego invertir más. O que nos expliquen lo contrario.
Yendo más allá, uno se pone a pensar que sucedió en nuestro país con los ferrocarriles y las ciudades y pueblos que sufrieron su desaparición (con poblaciones tan cercanas a la nuestra como ejemplos).
Debemos tomar el tema como algo propio de toda la sociedad, reclamar por los puestos de trabajo, y también exigir que se nos explique el plan o programa en relación a nuestras vías de comunicación, a nosotros. Tenemos derecho a exigirlo y si no lo hacemos entre todos nadie más lo hará.