El operativo conjunto entre la policía y las fuerzas federales logró la detención del joven de 19 años que estaba prófugo de la Justicia. Se lo sindica como el responsable de «aterrorizar a Rosario e intentar dominar territorio».
Alan Funes, de 19 años, era intensamente buscado por la policía desde que, a pesar de tener que cumplir detención domiciliaria acusado de haber matado a un hombre cuando era menor, apareció en un video disparando una ráfaga de ametralladora en la noche de Año Nuevo.
Con el gesto no solo desafió a la policía y a la Justicia, sino también a la banda que lideran los herederos del Pimpi Camino, quien fuera líder de la barra de Newell’s en tiempos de Eduardo López y que fue ejecutado a la salida de un bar en marzo de 2010.
Funes fue detenido esta mañana en un megaoperativo conjunto de la policía santafesina y las fuerzas federales en el Fonavi ubicado en Callao y Presidente Quintana. Estaba en compañía de su pareja, Jorgelina Selerpe, alias «Chipi», quien también fue apresada.
Ambos están sospechados de ser los autores del asesinato de Marcela Díaz, hermana de Ariel «Tubi» Segovia, quien está sindicado de ordenar tres crímenes en el marco de la guerra entre los clanes narcos que lideran las familias Funes y Camino en la zona sur de la ciudad.
Funes debía cumplir arresto domiciliario por el homicidio de Eugenio «Pupi» Solano, señalado como el autor del homicidio de Mariela Griselda Miranda, la madre del joven aprendido hoy y calificado por el ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro, como «muy peligroso».
No fue a la cárcel mientras esperaba el juicio porque, en el momento en que acribillaron a Pupi Solano, Funes tenía 17 años. Fue alojado en el Instituto de Rehabilitación del Adolescente (Irar), pero el Juzgado de Menores Nº 3 le dictó la prisión domiciliaria.
«Alan Funes estaba aterrorizando a Rosario e intentando dominar territorio», señaló la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, al anunciar la detención del criminal, a quien se señala como uno de los responsables de la ola de violencia que asola a la ciudad.
Ulises Funes, un hermano mayor de Alan, fue acribillado a balazos el pasado domingo 7 de enero desde un auto cuando estaba con su novia en un pasillo del villa La Lata. Tenía 23 años, era marino mercante y su asesinato se relacionó con la guerra de su familia con el clan Camino.
Antes, el primer día del año Jorge Funes, el padre de Alan, fue baleado en la cara, la espalda y el abdomen en Aguaribay y El Timbó, en Alvear. Un vecino lo alcanzó a un hospital de Rosario donde quedó internado en estado delicado. Una semana después fue dado de alta.
El asesinato de la hermana de Tubi Segovia, que se le atribuye a Funes, habría sido en venganza por el crimen de Ulises. El otro hermano de Alan, Lautaro «Lamparita» Funes, detenido en la cárcel de Piñero, había lanzado la amenaza en Facebook.
«La guerra va a terminar cuando los mate a todos, hasta la generación más chica», señalaba el posteo de Lamparita, en el que sentenció: «Hermano, sabés que a tu muerte la voy a vengar y después que pague como tenga que pagar, no me importa, pero me la van a pagar. Siempre te voy a recordar, gordito».
El jueves se va a llevar a cabo en los tribunales provinciales al audiencia imputativa de Alan Funes. Va a tener que responder por la resonsabilidad que le toca en el baño de sangre en la zona sur de la ciudad.
La Fiscalía lo va a acusar por los delitos de portación de arma de guerra -la ametralladora que disparó para Año Nuevo-, portación ilegal de arma de fuego -hoy se le secuestró una 9 milímetros no registrada- y también como coautor del homicidio de Marcela Díaz y también por amenazas a la hermana de Tubi Segovia.
Pero eso no es todo, también va a ser imputado por la tentativa de homicidio de Milton Romero, hijo de Marcela Díaz, quien fue baleado el 29 de diciembre y que, como consecuencia de las graves heridas que le provocaron los balazos, quedó postrado en una cama.