La Defensoría del Pueblo y la Defensoría de Niñas, Niños y Adolescentes de la provincia de Santa Fe brindaron recomendaciones a tener en cuenta para prevenir lesiones no intencionadas entre los más chicos. La protección y la adaptación del ambiente son fundamentales.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) las lesiones no intencionadas constituyen la primera causa de muerte en la infancia. De acuerdo a las estadísticas, niñas y niños en edad preescolar son víctimas frecuentes de caídas, precipitaciones desde altura, ahogamientos, quemaduras e intoxicaciones.
Es por esto que desde la Defensoría del Pueblo junto con la Defensoría de Niñas, Niños y Adolescentes de la provincia de Santa Fe se difunde esta serie de propuestas orientadas a construir un entorno saludable que promueva su curiosidad y seguridad.
Lesiones no intencionadas
La OMS propone sustituir la palabra accidente por la de lesión no intencionada con el fin de ir modificando la concepción de que se trata de hechos inevitables, y con el objetivo de aportar aspectos que permitan influir en la prevención de este tipo de episodios.
Las lesiones no intencionadas son, de acuerdo al organismo, la primera causa de morbimortalidad, es decir, de muerte y secuelas, que pueden tener consecuencias sobre el desarrollo físico, psíquico y social del niño afectado.
Según datos de la OMS, en todo el mundo el 90% de las lesiones son resultado de hechos involuntarios o accidentales. Alrededor de 830 mil niñas y niños mueren cada año a causa de lesiones, cerca de 2.300 cada día.
Para chicas y chicos antes del año de edad
En el primer semestre de vida los riesgos están dados principalmente por posibles caídas en el baño. Es por ello que se recomienda no dejarlos solos en estos ambientes.
Se aconseja también que, antes de cambiarlos, se lleve todo lo que va a hacer falta al lugar.
Evitar: los cambiadores altos, ya que aumentan el riesgo en caso de caídas, y también los andadores, porque estudios demuestran que triplican el riesgo de lesiones.
Para los niños entre uno y cuatro años
En esta edad las estadísticas indican que la mayor cantidad de lesiones externas ocurren en el interior del hogar (que es donde el niño pasa la mayor parte del tiempo). Es importante considerar que en estas edades niñas y niños quieren explorar y conocer, por ello sería importante combinar el cuidado permanente con la adaptación de los espacios evitando posibles riesgos.
Evitar: encender las hornallas delanteras de la cocina cuando hay niñas y niños pequeños, no manipular líquidos calientes con un niño en brazos, no dejar objetos corto-punzantes u otros materiales que puedan dañarlos a su alcance.
La pileta y otros riesgos
Las estadísticas indican que 10 centímetros de agua son suficientes para que un niño pueda ahogarse. Es por ello que se recomienda supervisarlos constantemente cuando haya una pileta de cualquier tipo en la casa.
Evitar: perder el contacto visual del niño, por ejemplo, al recibir una llamada telefónica breve, ya que aún en el lapso de tres o cuatro minutos puede producirse la inmersión en una pileta, electrocución o ingesta de algún elemento pequeño o sustancia que este a su alcance.
Preparación para la atención secundaria
En los casos de ingesta de algún elemento pequeño existe el riesgo de una obstrucción respiratoria. Es por ello que quienes están al cuidado de niños, ya sean padres, abuelos o cuidadores, sepan qué hacer en una situación de emergencia. Saber cómo realizar las maniobras para expulsar un cuerpo extraño de las vías respiratorias, ya que estos episodios no admiten la espera de la llegada de una ambulancia.
También es importante tener determinado a quién llamar en caso de una emergencia y tener configurado el número de un servicio de urgencias médicas. se aconseja aprovechar las consultas periódicas al pediatra para obtener información acerca de cuidados mínimos para prevenir este tipo de lesiones.