Eduardo Di Pollina es Diputado provincial por el FPCyS, titular de las comisiones de Juicio Político y de Asuntos Constitucionales y Legislación General, e integrante de la mesa nacional del Partido Socialista.
Insoslayable figura protagónica del Partido Socialista santafesino, el diputado Eduardo Di Pollina, se convirtió en las últimas horas en centro de atención mediática. Fue luego de haber desahuciado las ansias reeleccionistas del gobernador Miguel Lifschitz en base al ratificar la intransigencia de la postura partidaria sobre el particular. Recordó que el PS dice que no se puede violar la prohibición que hoy tiene el gobernador para alcanzar la reelección sin violar la propia Constitución que juró cumplir y hacer cumplir.
No fue el único socialista (también los hubo de otros partidos) en desengañar a Lifschitz y liquidar su ambición de otros cuatro años en la Casa Gris tal como publicó este diario el jueves, pero sí fue quien protagonizó las más encarnizadas discusiones con los hombres del mandatario que reclamaban una flexibilización partidaria al respecto.
—El asado del miércoles fue una suerte de inhumación de la posibilidad de una reelección para el gobernador Lifschitz.
—No es una cuestión particular con el gobernador Lifschitz, el Partido Socialista tiene una posición oficial sobre el particular.
—Los legisladores del radicalismo y otros partidos frentistas tampoco avalaron la reelección.
—Así es, pero cada uno debe asumir sus razones y argumentos.
—¿Pese a ello, la casi totalidad de los diputados y senadores del FPCyS a quienes convocó el gobernador se manifestó a favor de reformar la Constitución provincial?
—Es verdad y, además, no hay que olvidar que el FPCyS ha tenido a este tema como una de sus propuestas programáticas.
—Hermes Binner y Antonio Bonfatti también promovieron la reforma.
—Es así. También los demás partidos políticos de la provincia han manifestado su vocación reformista en distintos momentos. Es insoslayable que la Constitución santafesina se debe actualizar. La enmienda nacional de 1994 modificó de una manera importante muchas reglas de juego en todas las provincias,en el marco de país federal.
—Si la voluntad política de reformar la Constitución está, ¿cómo es que no se haya logrado en casi un cuarto de siglo?
—Siempre que se intentó, tanto en los gobiernos socialistas como en los justicialistas, apareció como obstáculo la reelección del gobernador. Ese fue impedimento.
—¿El obstáculo es la ambición de Lifschitz?, que ha dicho que quiere otros cuatro años en la Casa Gris a partir del 2019.
—El obstáculo lo da la Constitución. Reutemann, Obeid, Binner, Bonfatti y Lifshitz fueron electos bajo el imperio de la Constitución vigente que es la de 1962 y juraron respetarla y hacerla respetar. Y esa Constitución es la que dice que el gobernador no puede ser reelecto.
—¿Cómo es que el PS le permite a un gobernador de su signo tener esa pretensión?
—No se lo permite.
—¿Así cómo lo dice?
—Fue lo que le dijimos al gobernador cuando nos llamó para hablar de la reforma. El PS, y él lo sabe muy bien, siempre tuvo esta postura. Insisto no es una cuestión con Lifschitz. Si hay algo que reconocerle al gobernador es que siempre tuvo vocación de diálogo y gran respeto a las posiciones políticas. Nos convocó el miércoles a opinar y dijo que nunca iba a anteponer su reelección, así que tiene la actitud y amplitud para proponer el debate.
—Es una cuestión con la ley. ¿Ustedes no va a dejar que Lifschitz la viole para perpetuarse otro mandato?
—Insisto no es una cuestión de nombres. Nadie puede violar la Constitución ni en ese ni en ningún otro tema.
—¿El presidente del PS trató de torpe al gobernador por querer su reelección?
—Lo que Bonfatti dijo fue que incluir la reelección era una táctica torpe que pone en riesgo toda la estrategia reformista.
—¿No es lo mismo? ¿No es torpe quien incurre en una torpeza?
—No se personalizó. Se habla desde lo institucional y las estrategias son colectivas. No me parece que sea esa la lectura correcta.
EM_DASH¿Cualquier posibilidad de reelección de Lifschitz feneció en ese asado?
—No lo sé. Lo que hago es transmitir lo que a lo largo de nuestra historia ha definido el PS: conceptualmente e ideológicamente entendemos que la defensa de la institucionalidad es de una importancia crucial que no permite excepción alguna.
—Entonces, ¿cómo se logra actualizar la Constitución provincial tal como todos dicen que hay que hacer pero nadie hace?
—Si realmente en la provincia existiera la madurez política como para encarar la reforma debería haber una grandeza de los partidos para acordar una fecha para empezar a trabajar en un núcleo de coincidencias, con participación de la ciudadanía, las organizaciones sociales, intermedias, universidades, colegios profesionales. Esa sería la manera: gane quien gane las elecciones del año que viene se pone una fecha para el otro año y se hace un acuerdo en serio.
—¿Dice usted que la reforma debería realizarse en el 2020?
—Sí. Se requiere un tiempo suficiente para un acuerdo político maduro. El PS siempre le ha dado una trascendencia muy grande a la Constitución y a las instituciones porque hacen a la consolidación de la democracia, al crecimiento del país y a la necesidad de transformarnos en una sociedad cada vez más seria.
—Según el constitucionalista Domingo Rondina, la propia Constitución de 1962 no permite un funcionamiento soberano como el que propicia el Ejecutivo actual.
—Por eso proponemos un acuerdo político en torno a un núcleo de coincidencias básicas o como quiera llamarse. Es un camino que hay que transitar.
—Lifschitz ha dicho que el 1º mayo llevará a la Legislatura un proyecto de reforma.
—Es un aporte que él hará. Podría ser un comienzo.
intransigente. Di Pollina protagonizó una dura discusión con los hombres del gobernador que reclamaban una flexibilización partidaria.
Fuente: La Capital