No se trata de una confesión más. Ni de, claramente, cualquier confesión. Quien nos contó eso fue Norma Cuevas. Norma ya hace mucho tiempo dejó de pedir que vaya preso quien la violó. Hoy, su desencuentro con la justicia se repite hora tras hora desde aquel 17 de mayo de 2007. Día en que le tocara padecer la agónica muerte de su hija, Ana María Acevedo.
El aborto legal, seguro y gratuito es uno de los ejes centrales de la jornada. Pero no el único. El Paro del #8M es también por la educación sexual científica y laica; por la asistencia a las mujeres violentadas; para frenar los femicidios y la impunidad desde el Estado; por igual remuneración para igual tarea; y por muchas otras tantas banderas históricas del movimiento, que tomaron una fuerza inusitada en la Argentina a partir del nacimiento del #NiUnaMenos en el año 2015.
En mayo de 2006, Ana María Acevedo concurrió al Samco de Vera para que se le extrajera una muela. Luego del procedimiento regresó al efector de salud porque presentaba fuertes dolores y durante cuatro meses le recetan antibióticos sin prestarle mayor atención al caso. En noviembre ella llega a Santa Fe para hacer una interconsulta y en el hospital José María Cullen le diagnostican un sarcoma. De allí se la deriva al hospital Iturraspe para iniciar el tratamiento oncológico indicado para esos casos. Sin embargo, en la segunda visita al nosocomio, el 5 de diciembre, indica que presentaba un atraso en su período menstrual por lo que se le realiza una prueba de embarazo que da positivo. En ese momento se estima que estaba en la tercera semana de gestación. Pese a ser una mujer semianalfabeta, ella y su madre solicitan al médico un aborto terapéutico a fin de poder iniciar la radioterapia y quimioterapia que podrían haber salvado su vida. El Comité de Bioética del Iturraspe desestima el pedido y la obliga a continuar con su embarazo hasta el 26 de abril cuando, con 25 semanas de gestación, le inducen el parto. Así nació una nena de 450 gramos que murió horas después. A las tres semanas, tras una larga agonía, Ana María fallece.
Su caso se ha convertido en un emblema de las injusticias en el sistema de salud y de la lucha pro aborto en todo el territorio santafesino. Fue por ello que en el encuentro del pasado sábado en el galpón del Complejo La Estación de Reconquista, el Plenario de Mujeres Trabajadoras convocó entre sus oradores a la mamá, Norma Cuevas. Con ella hablamos, de lo vivido, y de lo que tuvo ganas de contar.
Dejando siempre en claro de que no estaban solicitando nada ilegal (Art. 86 del Código Penal) cuando pidieron el aborto, 11 años atrás. ¿Crees que podría haber sido otro el destino de Ana María si su caso hubiera surgido esta semana?
Sí. Pese a que ya está permitido para este tipo de casos desde hace muchos años, no recuerdo cuantos. (NdR: fue sancionado en 1922). Imaginate todas las mujeres que ya han muerto, además de Ana. Por eso yo estoy luchando por el aborto legal. Si a mi hija le hacían el tratamiento como le debían hacer, hoy ella estaría con sus tres hijitos. Pero a ella la dejaron morir. Y la justicia aún no hizo nada. Con todas las pruebas que yo he presentado, tendrían que estar todos presos. Porque ellos la mataron, asesinaron a mi hija en un año y nueve días. Resulta que a los doctores no le encuentran nada y yo que estoy fuera del Hospital tengo todas las pruebas. Dicen que no pueden encontrar la historia clínica. ¿Y cómo yo tengo la historia clínica completa? Tengo todos los papeles guardados, desde el día que le sacaron la muela a mi hija con la firma del dentista. Pero a mí no me escuchan y nadie me da una respuesta. ¿Por qué ellos no están presos? Fueron procesados y nada más. ¿Por qué no los condenan y los mandan a la cárcel por dejar morir a mi hija?
¿Hay alguna novedad en cuanto a la causa judicial?
Yo hasta el momento no tengo nada nuevo. El jueves voy a Santa Fe por un tema de mi nieto, y tengo pensado reunirme con mis abogadas. Y para el 17 de mayo (se cumplirán 11 años de la muerte de Ana) no sé aún si voy a hacer una marcha o si me voy a encadenar en la puerta del Iturraspe.
¿Y vos, por qué crees que aún no fueron condenados los responsables de la muerte de Ana María?
Que se yo. De uno me dijeron que ya se jubiló y otro que está por hacerlo. De otro me contaron que falleció. Y la que era Directora del Hospital de Vera (Dra. Sandra Barberis), la bajaron de ese cargo pero sigue trabajando ahí en la parte de ecografías. Hace unos meses atrás, yo me tuve que ir a hacer una ecografía en otro lado porque ella no me quiso atender. Así nos discriminan. La verdad que ya no sé si va a haber justicia, y tampoco se cuanto más voy a aguantar. Y ésta, no es la primera vez en mi vida que yo tengo que salir a pedir justicia. Te voy a contar algo. Algo que casi nadie sabe. A mí me violaron cuando tenía 14 años, y tuve una nena como producto de esa violación. También pedí justicia en aquel entonces, pero hasta el día de hoy nunca llegó.
¿Nunca llega?
Nunca. ¿Y ahora que estoy pidiendo justicia por mi hija…otra vez no va a llegar? Eso le pido a los jueces, que se haga justicia una vez en mi vida. Nosotros, todos los familiares de Ana, estamos destruidos. Estoy enferma y con tratamiento psiquiátrico desde hace más de un año.
Veo que pasa el tiempo y cada vez se te hace más difícil la muerte de Ana.
Es imposible superarla. Creo que nunca lo voy a lograr porque me rompieron el corazón. A mí, a mi marido, y a mis nietos sobre todo. Para que te des una idea lo que sienten, uno quiere estudiar abogacía para hacer justicia por su madre.
¿Cómo hablaste con ellos de lo que pasó con su mamá?
Ellos siguieron todo el caso. Desde que hacía los viajes a Santa Fe hasta el día de hoy. En casa se habla de Ana todos los días. Los dos más grandes la conocieron mejor y se acuerdan de ella. Como cuando le cargaban el vaso con agua para que su mamá tomara las pastillas.
Me llamo la atención que cuando hablaste del Comité de Bioética del Hospital Iturraspe en el plenario nombraste a miembros de la iglesia junto a profesionales médicos y funcionarios judiciales.
Sí. Así es. Cuando yo pedí que le hicieran un aborto, me dijeron en el Hospital que tenían que hacer una reunión ética. Y yo no sabía lo que era eso. Y me dijeron que se tenían que reunir los médicos, los jueces y los curas.
¿Los curas?
Sí. También estaban los curas. Y entre todos iban a resolver el aborto de mi hija. Yo me iba a los tribunales y les golpeaba las puertas a los fiscales, a los jueces y hasta al defensor del pueblo.
¿Para qué ibas a golpear puertas?
Porque ese comité nunca se reunía y entonces yo tenía que salir a pedir auxilio. Necesitaba que me ayuden porque mi hija merecía tener una oportunidad para seguir viviendo.
¿Y ese comité se reunió alguna vez?
Dicen que sí. Pero se reunieron ellos nomás. Nosotros esperamos, todos tirados en el suelo del Hospital durante una semana, pero la respuesta nunca llegó. Siempre nos decían: mañana se junta el Comité de Boética. Hasta que nos cansamos de esperar y le preguntamos al médico de cabecera, quien nos mandó con el director porque él no tenía nada que ver. Fuimos a hablarlo y nos comunicó que habían resuelto no hacerle el aborto a Ana. Ahí le dije que íbamos a ir a la justicia y me respondió que no vaya porque la justicia no iba a hacer nada.
¿Quién te dijo eso?
El director del Iturraspe (Dr. Andrés Ellena) me lo dijo. Entonces ahí empecé a viajar a Santa Fe y a recorrer todos los lugares. Fui a los medios, en algunas radios me atendieron pero en muchas otras no. Alguna me decían que estaba mintiendo y en otras que del tema no podían hablar. Y yo buscaba a grupos de DDHH pero no los encontraba. Ellas se encargaron de buscarme a mí, después de que se enteraron del caso por la nota que me hizo un diario estando en el Hospital. Y desde ese momento, no me abandonaron nunca más. Hasta el día de hoy están conmigo. (Norma hace referencia a la Multisectorial de Mujeres de Santa Fe).
¿Qué acompañamiento tuviste en aquel momento de parte del Estado? ¿Se acercó la Ministra de Salud a hablar con uds?
Después que se hizo público el caso, la Ministra (Silvia Simoncini) estuvo en Santa Fe hablando con los doctores del Iturraspe y fue a Vera a hablar con la Directora del Samco y otros doctores. Pero no fue a hablar con nosotros, y eso que estaba en Vera. Y después escuché que salió a decir junto al Dr. Ellena que nosotros eramos analfabetos, que no sabíamos de lo que estábamos hablando y que no era cierto que nosotros pedíamos el aborto. Pero nunca habló la Ministra personalmente con nosotros. Siempre fuimos ignorados.