El gobernador habla de «acuerdo paritario» pero lo que precisamente faltó es llegar a un acuerdo. Dijo que las paritarias siguen abiertas pero cerró el debate del aumento con el 16,9%. Casi todos los gremios, exceptuando UPCN, rechazaron la propuesta y prometen endurecer los reclamos.
El gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, anunció este miércoles que la provincia comenzará a pagar a los trabajadores de la administración central, policías y docentes el incremento que dicen es del 18% pero incluye el 1,1% conseguido en la paritaria pasada. Igualmente, aclaró que las discusiones no están cerradas y que el dialogo se mantiene abierto con todos los gremios.
Lifschitz hizo el anuncio en una conferencia de prensa que brindó en su despacho de Casa de Gobierno y en la que estuvo acompañado por los ministros de Gobierno y Reforma del Estado, Pablo Farías; de Economía, Gonzalo Saglione; de Educación, Claudia Balagué; y de Trabajo y Seguridad Social, Julio Genesini.
El gobernador repasó cómo se desarrollaron las negociaciones con los sindicatos, así como también el contexto general de otros sectores de trabajadores santafesinos y de otras provincias del país.
Vale recordar que días atrás el propio Ministro de Gobierno, Pablo Farías, había confirmado que era imposible dar mas aumento porque se había firmado el Pacto Fiscal con el gobierno Nacional y una de las propuestas de ese pacto es la reducción de los salarios. Los gremios ahora sostienen que siempre tuvieron razón al plantear que esa firma de la Nación con las provincias solo generaría perjuicio para la clase trabajadora.
Los únicos que quedaron conformes con lo ofrecido por el gobierno provincial y levantaron todo tipo de medida de fuerza fueron los afiliados a UPCN, donde la gran mayoría de los afiliados se sienten estafados por la dirigencia y hasta hay movidas para poder desafiliarse. El histórico paso en falso dejó clara la posición del gremio mayoritario de la administración central y destrozó la confianza de los afiliados en la dirigencia.
El gobierno provincial sí logró una cosa con el aumento por decreto: que los que estaban enojados ahora estén más enojados que nunca. El costo político que está corriendo hace peligrar cualquier intención que pueda tener de conseguir una reelección a futuro. Si había personas que «bancaban» la gestión del actual gobernador eran los docentes por todo lo que se consiguió hasta el momento, pero ahora sienten que el primer mandatario sucumbió ante la presión económica del gobierno nacional.
Lifschitz y su futuro político ahora corren un serio riesgo. La desconfianza ante su fortaleza como opositor al gobierno nacional es puesto en duda por propios y extraños y la propia interna del socialismo, más los opositores, se encargarán de hacer mella en la buena imagen que el gobernador logró forjar desde el momento en que le ganó «por una uña» al humorista Miguel Del Sel.
Los que defienden la decisión del gobernador sostienen que «ninguna provincia logró un acuerdo similar» pero se olvidan que incluso el año pasado también los trabajadores estatales santafesinos lograron un acuerdo paritario superior al de las otras provincias y eso apenas hizo mantener el salario a los trabajadores que ahora ven que la inflación se comerá todo lo conseguido en años anteriores.
Lifschitz comete un error político y solo él sabe en profundidad cuál es la motivación real para correr semejante costo. Si es el Pacto Fiscal debe saber el gobernador que le puede costar su futuro político. Si lo hace por convicción personal, es aún más grave porque habla de un mandatario que no ha podido leer el pedido de los que hasta ayer eran sus aliados: los gremios.
Opinión de Leonardo Rolón