La sequía y la suba de precios locales de los últimos días, los revesescomerciales del país con Trump en materia de acero y biodiesel no fueron obstáculo para concretar la primera compra del poroto norteamericano, una operaciónq ue el país no había vuelto a realizar en los últimos 20 años.
La Argentina realizó su mayor compra de soja a los Estados Unidos en 20 años, luego de una prolongada sequía que redujo con fuerza la cosecha doméstica y obligó a los productores de la oleaginosa a volcarse al mercado de importación.
La sorpresiva operación impulsó a los futuros de soja en Chicado a su nuvel más alto en un mes, en un nuevo sacudón al mercado global de la oleaginosa luego de que la semana pasada China (el mayor comprador mundial del grano) propuso implementar tarifas a las importaciones de los Estados Unidos.
En su reporte diario de exportaciones, el Departamento de Agricultura estadounidense (USDA, por su sigla en inglés) confirmó que registró ventas privadas de 120.000 toneladas de soja estadounidense a la Argentina para envío en el año comercial 2018/19, que comienza el 1 de septiembre, en la mayor operación de este tipo desde 1997.
En otro informe, el YSDA recortó su pronóstico para la cosecha argentina de soja 2017/2018 a 40 millones de toneladas, su menor volumen en casi una década.
Argentina necesitará soja cerca de octubre, un momento del año cuando los procesadores locales suelen quedarse sin suficientes reservas domésticas, por lo que los molinos buscan asegurarse de tener suministros tras la peor sequía en décadas.
Andrés Alcaráz, vocero de la Cámara de Procesadores y Exportadores de Granos y Derivados de Argentina, adelantó que la soja estadounidense será molida y embarcada al exterior como harina y aceite.