El ministro Energía, Juan José Aranguren, propuso congelar los precios por 60 días y, de ese modo, tratar de evitar un mayor impacto en la inflación.
Con el objetivo de aminorar el impacto inflacionario, el macrismo recurrió a las empresas petroleras. En una reunión mantenida este lunes, el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, les pidió a los empresarios del sector que no aumenten los precios de los combustibles por 60 días, como para tomar un poco de aire en ese sentido.
El pedido llega justamente en un momento donde, con los precios desregulados, el incremento podría ser significativo. Por un lado, la suba del dólar ya implica para las empresas un argumento para aumentar sus productos. Por el otro, el alza del precio del petróleo a nivel mundial empuja en ese mismo sentido.
Según las esgrimen las empresas, el 80% del costo de los combustibles está atado al precio del petróleo, que se compra y se vende en pesos, pero a una cotización atada al dólar. En ese sentido, con una devaluación de casi 7% en lo que va del mes, los aumentos se dispararían de inmediato.
Sin embargo, el Gobierno pretende utilizar también a YPF para presionar hacia abajo. Sucede que en general las competidoras privadas como Shell, Axion y Trafigura, suelen establecer sus incrementos en base a lo que decide la estatal. La apuesta de Aranguren es que YPF mantenta sus precios congelados y que las demás sigan una vez más esa línea.
Las petroleras le dijeron al ministro que estudiarán su pedido y quedaron en responder esta semana. Según trascendió, habrá una nueva reunión este mismo martes.
Las empresas esperan que, a cambio, el Gobierno les compense lo que dejan de ganar con una posible reducción de gravámenes sobre los combustibles.