Sturzenegger y Aranguren fueron los últimos dos funcionarios que se fueron del gobierno de Macri, que ya acumula una considerable cantidad de renuncias desde que asumió en diciembre de 2015.
En el medio de la corrida cambiaria y la tensión política, el Gobierno informó este sábado que dispuso cambios en el Gabinete con los desplazamientos de los ministros de Producción y Energía, Francisco Cabrera y Juan José Aranguren. Presidencia de la Nación anunció que el contador Dante Sica reemplazará a Aranguren y Javier Iguacel, a Cabrera.
Además, el Gobierno indicó que Cabrera será designado como presidente del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) y asesor presidencial.
La decisión se conoció luego de que el mandatario designara como presidente del Banco Central a Luis Caputo, en lugar de Federico Sturzenegger.
La primera en dar un paso al costado fue Isela Costantini, quien el 21 de diciembre pasado abandonó su cargo como titular de Aerolíneas Argentinas en medio de una interna con el equipo económico por el plan de ajuste dispuesto en la empresa estatal.
Luego siguió la salida de Alfonso Prat Gay del ministerio de Economía y el desdoble de la cartera en Hacienda y Finanzas, hoy a cargo de Nicolás Dujovne y Luis Caputo, respectivamente, que ahora pasó a la presidencia del Banco Central.
Casi en simultáneo, Carlos Melconian fue desplazado del Banco Nación, y ahora está a cargo Javier González Fraga. Horas después de la renuncia de Melconian se conoció la dimisión de Daniel Chaín de la Secretaría de Obras Públicas de la Nación.
Carlos Cobas renunció a la Dirección de Logística de Presidencia jaqueado por una investigación judicial que lo vincula a adjudicación de rutas aéreas para la empresa Avianca. Cobas fue gerente de McAir, la aerolínea de la familia Macri que pasó a manos de Avianca con el objetivo de comenzar a operar como low cost en el país.
Carlos Regazzoni se fue del PAMI para iniciar una campaña electoral en la provincia de Buenos Aires. Su lugar lo ocupó Sergio Cassinotti, ex presidente de la obra social de la provincia de Buenos Aires Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA).
En el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos renunció el ex jefe de Gabinete Esteban Conte Grand a pedido de Macri. Lo reemplazó Ricardo Martín Casares, subsecretario de Política Criminal y miembro del grupo de máxima confianza del Presidente denominado «Newman Boys». El segundo del ministro Germán Garavano también esgrimió «motivos personales», pero en realidad se asoció su salida a un estrecho acercamiento a Martín Lousteau.
Justamente Lousteau renunció a la embajada argentina en Washington poco antes que Macri desembarcara con una comitiva oficial a los Estados Unidos, en abril del 2017. El ex diplomático regresó al país para competir en las legislativas de octubre de ese año y dejó al mandatario con un sustituto temporal al momento de ser recibido por Donald Trump. Casi al mismo tiempo, el actor cómico Miguel del Sel se despidió de la embajada en Panamá para volver a la Argentina a retomar su show teatral con los Midachi.
A finales de octubre del 2017, el Gobierno nacional decidió apurar -de forma desprolija- la salida del Procurador del Tesoro de la Nación (PTN), Carlos Balbín, de ese estratégico cargo a la cabeza de los abogados que representan al Estado en cuestiones sensibles. El accionar de Balbín en el Correogate le costó el cargo.
A tres meses de las PASO, renunció el subsecretario de Vínculo Ciudadano, Guillermo Riera. El ex jefe de la estrategia digital del diario La Nación ocupaba -entre otras cuestiones- de colaborar a través de la difusión de videos, hashtags y consignas en Facebook, Snapchat, Instagram y Twitter para el Gobierno. Ahora está abocado a la campaña.
Luego de Riera se fue Susana Malcorra. Dejó la Cancillería a Jorge Faurie, quien era el embajador en París. Otra vez más, argumentó «motivos personales».
Los otros cambios tuvieron que ver con las elecciones del año pasado. Los ministros de Educación y Defensa, Esteban Bullrich y Julio Martínez respectivamente, y del titular de la Unidad Plan Belgrano, José Cano, renunciaron a partir del 14 de julio, para abocarse de lleno a la campaña legislativa.
A la vez y tras cumplir con la fusión del Grupo Clarín y Telecom, Macri desintegró el Ministerio de Comunicaciones del radical cordobés Oscar Aguad, aunque le halló refugio al «Milico», como lo llaman despectivamente sus adversarios dentro y fuera de la UCR. El nuevo tablero quedó conformado de la siguiente manera: el Ministerio de Defensa quedó a cargo de Aguad; Educación, de Alejandro Finocchiaro y la Unidad Plan Belgrano a cargo de Carlos «Mono» Vignolo. Finocchiaro ocupaba ese cargo en la Provincia de María Eugenia Vidal, quien delegaría la tarea de director general de Cultura y educación a Gabriel Sanchez Zinny.