El gobernador le apuntó a la quita de subsidios nacionales al transporte y a la inflación, y vaticinó que, debido al ajuste, las provincias van a tener que afrontar momentos «complejos» en los próximos meses.
El gobernador Miguel Lifschitz respondió a los anuncios que realizó esta mañana el presidente Mauricio Macri, aseguró que la eliminación de los subsidios al transporte tendrá un «impacto muy grande» en los trabajadores y sostuvo que hoy «no es un día de alegría para los argentinos porque estamos enfrentando momentos de dificultad en la economía».
Lifschitz, quien habló en la inauguración de una obra vial en la capital provincial, ensayó una explicación en los mismos términos que el Jefe de Estado. «Esta dificultad que no es una tormenta pasajera, sino que parece un temporal de largo alcance con consecuencias muy difíciles para los sectores populares», señaló el mandatario santafesino.
Asimismo, señaló que la quita de los subsidios al transporte «va a tener un impacto muy grande, muy duro, contra los bolsillos de las familias trabajadoras», porque se venía dando «desde hace muchos años y permitía que los trabajadores, los estudiantes y los jóvenes se movilizaran a sus lugares de trabajo o de estudio con tarifas razonables».
En ese sentido, afirmó que la quita de esa subvención tendrá consecuencias similares a las que «está produciendo la inflación a niveles que no imaginábamos, y que superan por mucho las previsiones que había hecho el Ministerio de Economía de la Nación».
«Vemos dificultades en el horizonte y sabemos que las condiciones que vamos a tener que afrontar desde los gobiernos provinciales y municipales van a ser complejas en los próximos meses y en los próximos años. Pero nada de esto nos va a hacer perder el rumbo que nos hemos planteado ni las prioridades sobre cómo invertir los recursos del Estado», describió el gobernador.
«La obra pública seguirá siendo para nosotros una prioridad», destacó Lifschitz, y añadió: «Le encomendamos a nuestro ministro de Economía (Gonzalo Saglione) que haga todos los planes posibles para ajustar, recortar y disminuir aquellos gastos que puedan considerarse no prioritarios, porque hoy podemos decir con orgullo que más de 40 mil familias santafesinas tienen un sueldo a fin de mes gracias a la inversión pública del gobierno de la provincia de Santa Fe».
«No vamos a reducir la inversión en las políticas sociales que tienen un criterio de nivelación, de inclusión de los sectores populares como la educación pública, la salud pública, las políticas alimentarias y para los jóvenes», amplió el mandatario provincial.
Además, sostuvo que la provincia va a seguir reclamando «los recursos que le corresponden», y disparó: «No vamos a aceptar calladamente que nos quiten recursos que nos corresponden, no son fondos del gobierno de Santa Fe, son recursos que les corresponden a los trabajadores, a los vecinos, a los pequeños empresarios que siguen produciendo para generar la riqueza de la argentinos, a los santafesinos».
«No creemos que todas las soluciones de los problemas pasen solamente por reducir el déficit fiscal a partir de un mayor sacrificio de la clase media y de los trabajadores», reflexionó el titular de la Casa Gris, y siguió: «Tendrán que poner mucho más aquellos que se han llevado la plata de los argentinos a lo largo de los últimos 20 ó 25 años. Los que se la llevaron por actos de corrupción, en bolsos y valijas, pero también los bancos, las empresas y los grupos económicos que han seguido haciendo negocios a costa de los argentinos».
Finalmente, enfatizó: «Vamos a seguir trabajando desde Santa Fe por una Argentina con más justicia social, con más democracia, con más diálogo pero también con más inclusión y más oportunidades para todos».