En medio de la discusión por el presupuesto, el gobernador dijo que la poda de recursos tendrá un fuerte impacto en los sectores más vulnerables.
El gobernador Miguel Lifschitz volvió ayer a marcar sus diferencias con el gobierno nacional al asegurar que «Santa Fe no va a ser socia del ajuste» que prepara la Casa Rosada con el proyecto de presupuesto 2019 que está discutiendo con los mandatarios provinciales.
Luego de la reunión que mantuvo el ministro de Economía santafesino, Gonzalo Saglione, junto a sus pares provinciales con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, Lifschitz dio a entender que todavía está lejos el acuerdo por el presupuesto, fundamentalmente por los nuevos recortes de recursos que impuso el gobierno, como la quita de los subsidios al transporte y a la tarifa social eléctrica.
«Yo no quiero ser un socio del ajuste, porque además no compartimos esa mirada de la política económica. Entendemos que hay que garantizar la gobernabilidad, pero al mismo tiempo queremos defender los recursos que le corresponden a Santa Fe y no hacer el ajuste hacia los sectores sociales más vulnerables», afirmó Lifschitz ayer en una rueda de prensa en Santa Fe, casi al mismo tiempo en que su ministro Saglione se volvía de Buenos Aires sin que se avanzara demasiado en la discusión por el presupuesto.
El dato, a estas alturas, no es menor. El presidente Mauricio Macri convocó para el martes a todos los gobernadores con el objetivo de dar una señal a los mercados y al FMI de que sus medidas para alcanzar el déficit cero en 2019 se cristalizarán en el Congreso con la aprobación del presupuesto que está elaborando el ministro Nicolás Dujovne. Esa «foto de unidad» por ahora no está asomando, a pesar del optimismo que mostró ayer Frigerio (ver aparte).
Lifschitz no estará en la foto que surja del encuentro del martes de Macri con los gobernadores. El mandatario santafesino viaja a Estados Unidos para asumir la copresidencia de un grupo importante de Estados subnacionales (que encabeza California) que vienen luchando contra el cambio climático.
Ayer, desde la Casa Gris, se apresuraron a aclarar que no hay «desplante» de Lifschitz a Macri. Aseguraron que ese viaje estaba programado desde hace semanas. Santa Fe estará representada por el vicegobernador Carlos Fascendini.
«Es necesario que se acompañe un proyecto de presupuesto, pero esto no quiere decir que acompañemos todas las medidas de ajuste que se están proponiendo», avisó ayer Lifschitz, quien tiene contacto directo con el resto de los gobernadores, tanto con los peronistas que se reúnen en el Consejo Federal de Inversiones (CFI), como aquellos, también del PJ, que tienen un juego más propio y en cercanía con la Casa Rosada, como el cordobés Juan Schiaretti o el salteño Juan Manuel Urtubey.
Si la discusión venía áspera desde la poda del fondo sojero, las controversias se agudizaron con el nuevo paquete de ajuste hacia las provincias que anunció Dujovne el lunes antes de partir a Estados Unidos para renegociar la ayuda financiara del FMI a la Argentina.
En ese contexto, Lifschitz reprochó ayer que el gobierno «cambia las reglas de juego permanentemente», ya que cuando se firmó el consenso fiscal, en octubre pasado, la quita del fondo sojero y de los subsidios al transporte y la tarifa social no figuraban en el paquete de ajustes hacia las provincias.
Ante la poda de esos recursos, el gobierno pretende acordar con los gobernadores algún tipo de compensación, como postergar el compromiso de reducción de impuestos, especialmente en ingresos brutos. «Alguna cosa puede compensarse, pero el objetivo de los recortes es disminuir el gasto nacional. Vamos a sufrir ese recorte en rubros con mucho impacto social. Cuando hablamos de transporte, de salud, estamos hablando de sectores socialmente vulnerables», se quejó Lifschitz.
El gobernador también hizo referencia a los dichos de encumbrados dirigentes de Cambiemos que sostienen que Santa Fe tiene ahora superávit fiscal porque la Nación le entrega más recursos, a diferencia de lo que hacía el kirchnerismo. «La provincia tiene superávit gracias a una buena administración y a la pelea que dimos durante los gobierno de Hermes Binner y Antonio Bonfatti para lograr que la Corte Suprema nos diera la razón y el gobierno nacional restituya los recursos que le corresponden a Santa Fe. Pero eso que debiera ser una virtud no puede ser un castigo para las provincias. Al contrario, deberíamos tener más acompañamiento y ayuda del gobierno nacional», se plantó el jefe de la Casa Gris.