El gobernador santafesino Miguel Lifschitz se quedó sin la posibilidad de la reelección y lejos están sus intenciones de presidir una lista de candidatos a Diputados Provinciales. Ese lugar también ya tiene nombre. El socialismo prepara la carrera electoral para 2019.
Socialismo en la Nación
Cada vez que Miguel Lifschitz es consultado sobre su posible candidatura a Presidente de la Nación se encarga de responder con evasivas, pero no niega sus intenciones. Quiere ser candidato, pero por ahora es prudente porque sabe que está muy lejos en el conocimiento de la gente. «En el contexto actual esa es una fortaleza», aseguran desde el entorno más íntimo y aseguran que «está todo armado y solo un desastre podría cambiar los planes». Pero en política todo puede cambiar de la noche a la mañana.
Lifschitz entiende que este es el momento más propicio para intentarlo y «tirarse a la pileta» en la prueba más difícil del socialismo en los últimos años. La crisis económica debilita día a día al macrismo y no son pocos los que ya intentan despegarse de la gestión macrista o hablar de «políticas locales» para distanciarse del proyecto nacional. Además está la corrupción, que afecta principalmente al kirchnerismo pero también salpica al resto de los justicialistas que hoy intentan mostrarse como «distintos» pero que fueron funcionarios o funcionales al gobierno de Néstor y Cristina.
El gobernador santafesino está convencido, además, que el país buscará una alternativa y aunque los números está muy lejos de las pretenciones y los pisos tanto de Cristina como de Mauricio son altos, hay un número de indecisos que se amplía a medida que se conocen las tapas de los diarios.
«Es muy preocupante la perspectiva para los próximos meses y para el año próximo en lo económico, lo político y lo social. Todos los indicadores de la economía son negativos. Es negativa la altísima inflación, las altísimas tasas de interés que hacen inviable el crédito en la Argentina, es preocupante la escalada del dólar, aunque en los últimos días se pudo estabilizar, y el nivel de endeudamiento que ha vuelto a tener la Argentina. La pobreza es altísima y el desempleo tiene tendencia a subir. El propio gobierno dice que vamos a estar peor en los próximos meses. No veo ninguna razón por la cuál, salvo que ocurra algún milagro o haya algún pase de magia del ministro de Economía, haya una recuperación de la economía a fin de año o en los primeros meses del 2019», respondió en las últimas horas cuando los medios lo consultaron sobre la actualidad. De todos modos no quiere mostrarse como un férreo opositor porque entiende que el diálogo es el mejor camino para llegar a los sectores que hoy son fieles al macrismo, fundamentalmente el campo (con todo lo que eso significa para la provincia).
En el gobierno provincial están convencidos de que esta patriada podría ser la gran oportunidad para instalar definitivamente la alternativa socialista que permita al partido crecer en el Congreso y en algún momento dar el salto definitivo a la presidencia.
«La polarización entre Macri y Cristina es la gran oportunidad para mostrar lo que venimos haciendo desde Santa Fe», aseguran los más cercanos a Lifschitz.
A Lifschitz se lo conoce poco a nivel nacional pero eso parece no importarles demasiado. «En política eso se instala», dicen pero temen a las exigencias que puedan generar los medios hegemónicos aunque eviten hablar de esos temas. «Ya ganamos una elección donde nos conocían muy poco», dicen haciendo referencia a la elección que se ganó a Del Sel.
Hoy por hoy la única alternativa que tiene Lifschitz para poder llegar a todos los rincones del país está de la mano de los radicales que no están con Cambiemos, fundamentalmente de Ricardo Alfonsín. El hijo del ex presidente podría ser el hombre para integrar la fórmula, aunque tampoco descarta una alianza con un sector del justicialismo a quien ya le ofreció espacios en la provincia pero por ahora no logran concretar esa alianza por resistencia de propios y extraños.
Lifschitz tiene una imagen positiva altísima en la provincia y eso es innegable y lo logró a base de presencia luego de ganar la gobernación. Los kilómetros acumulados por el gobernador lo hicieron recorrer varias veces la provincia y convertirse el gobernador con más territorialidad de los últimos tiempos, pero a nivel nacional la cosa es totalmente distinta y es en lo que su equipo deberá trabajar a contra reloj.
En la provincia
A nivel provincial el socialismo tiene la cosa bastante más resuelta. Sin Lifschitz, eliminado por la reforma constitucional que no se dio, Antonio Bonfatti vuelve a ser el hombre fuerte para pelearle el puesto a Omar Perotti (que iría aglutinando al justicialismo). El PRO no definió candidato aún y la imagen de Corral se debilita a medida que pasan los días.
La lista de candidatos a Diputados Provinciales será encabezada por Rubén Galassi, ex número dos del gobierno provincial. El actual Diputado ya le confirmó a los suyos las intenciones de pelear por ese lugar y asegura que eso está «discutido en la mesa chica» y tendría la bendición de Binner, Bonfatti y Lifschitz para ese emprendimiento.
En la ciudad
Reconquista es la batalla más difícil para el socialismo. No tienen candidatos fuertes y lo peor es que enfrente están dos grandes electores como el actual intendente Enrique Vallejos y el concejal Hugo Firmán.
Los socialistas ya decidieron que será Raúl Medina quien se encargue de pelear por el sillón de Patricio Diez. Las malas experiencias anteriores del socialismo en elecciones dejan a Medina con pocas chances. Además los hombres de la rosa están todos peleados y divididos, sobre todo los que quedaron relegados y sin cargos en este último año. Algunos incluso ya le ofrecieron acompañamiento a los candidatos del PJ y Cambiemos. Incluso uno le ofreció acompañamiento a ambos a la vez con tal de conseguir un espacio.
Leonardo Rolón