Desde ambas veredas alimentan la hipótesis con fotos, gestos y propuestas concretas, en especial frente al escenario político rosarino.
Con la ratificación de la voluntad frentista del PJ santafesino, como refrendó el sábado pasado su congreso provincial, se reactualiza el interrogante sobre un posible acuerdo para las elecciones de 2019 entre el peronismo y expresiones de centroizquierda como Ciudad Futura y el Frente Social y Popular (FSyP). Es una hipótesis que desde ambos polos de la negociación alimentaron y alimentan con una seguidilla de fotos y gestos, pero también de propuestas concretas, aunque reconocen que el escenario rosarino resulta más fértil para una eventual alianza que el provincial.
En ese marco, la presentación en Rosario del libro «La clase peligrosa» del dirigente social Juan Grabois se transformó en un hecho político relevante. Es que, junto al referente de la Confederación de los Trabajadores de la Economía Popular (Ctep), se sentaron María Eugenia Bielsa (virtual candidata a gobernadora, aunque todavía sin oficializar) y el concejal rosarino y aspirante a la intendencia Juan Monteverde, quienes coincidieron en la necesidad de construir nuevas herramientas políticas, amplias y diversas.
La actividad se realizó el martes pasado en un desbordado Distrito 7 (Ovidio Lagos 790), exactamente una semana después de la reunión que mantuvo la propia Bielsa con autoridades del PJ de la provincia, aliados históricos del peronismo y referentes de partidos de centroizquierda que mantienen diálogo fluido con la ex vicegobernadora.
Por eso, en el D7 se observó no sólo a militantes y simpatizantes peronistas y de la centroizquierda sino también a dirigentes que orbitan en esos universos y que pretenden tallar en un eventual armado.
La perspectiva de la unidad es atractiva para todos: el peronismo podría trascender su electorado natural y conseguir votos decisivos para ganar la ciudad y la provincia. Al centroizquierda no peronista le abriría una oportunidad para no sólo sostener y ampliar su representación legislativa sino también para incursionar en ámbitos ejecutivos.
El mismo Grabois bendijo la unidad: defendió las internas como mecanismo para definir candidaturas e incluso explicitó sus preferencias en la política local y provincial. «Quiero que el intendente sea Monteverde y que vaya con (Roberto) Sukerman. Y quiero que Bielsa sea gobernadora y que acuerde con (Omar) Perotti para ganar las elecciones», afirmó.
Efectivamente, si bien el ciclo de charlas Diálogos Abiertos y la coordinación en ámbitos legislativos estrecharon relaciones entre el peronismo y distintas expresiones de la centroizquierda, el calendario electoral santafesino obliga a avanzar en definiciones. El gobernador Miguel Lifschitz no firmó aún el decreto con el cronograma oficial, pero se sabe que las primarias serán en abril y las generales en junio. Y que en febrero deberán inscribirse las alianzas y las precandidaturas.
En sintonía con la vocación frentista que reafirmó el congreso provincial del PJ, Sukerman (el aspirante a la Intendencia rosarina que mejor rankea en el peronismo, según los sondeos) reiteró a La Capital el planteo que viene expresando públicamente: «Deseo una interna con quien representa a los sectores de la centroizquierda no peronista». Con Ciudad Futura y el Frente Social y Popular, argumentó, comparten miradas «sobre la ciudad y la política».
En Ciudad Futura reconocieron las conversaciones pero subrayaron que «primero hay que definir el proyecto, cuál es el espacio y, después, la manera de dirimir las candidaturas». Para el desafío es construir «una nueva cultura política para ganar y para gobernar», que «tiene que ser en la diversidad, con lo mejor de cada tradición política, pero fundamentalmente convocando a que la gente desborde los partidos».
Sostuvo que todavía no pueden confirmar si irán a internas, aunque sí ratificó su candidatura a intendente «en cualquier esquema». La decisión de intervenir en una primaria amplia con el peronismo, señaló, «estará bastante atada a lo que ocurra a nivel provincial, si Bielsa es candidata o no».
A pesar de que en la presentación del libro de Grabois evitó definiciones sobre la coyuntura y tampoco respondió las consultas de este diario, los gestos de Bielsa parecen adelantar que esta vez, a diferencia de 2015, sí se lanzará a la carrera por la Gobernación.
Es más: en el congreso provincial del PJ dieron el presente los 52 congresales de Encuentro por Santa Fe, el espacio que conduce Bielsa. Una señal no sólo de que jugará sino de que lo hará por adentro del peronismo.
En tanto, la vocación de ampliar hacia la izquierda no se limita al sector de Bielsa: ya Perotti se había manifestado en el mismo sentido, incluso con la posibilidad de convocar al massismo y a sectores del socialismo.
No obstante, el diputado provincial Carlos del Frade (FSyP) manifestó los límites de un posible acuerdo: «Creemos que la candidatura de Bielsa es una figura ética donde convergen ideales que van más allá, incluso, del peronismo. Pero no iremos a la interna del PJ a nivel provincial».
A nivel municipal, diferenció, «probablemente se pueda hacer un frente amplio más allá de la interna del peronismo, aunque eso todavía está por definirse».
Tanto Monteverde como Del Frade destacaron otro elemento: más allá de cómo se resuelva la negociación del PJ en los diferentes niveles, «es casi un hecho» que en cualquier escenario Ciudad Futura y el Frente Social y Popular irán juntos en 2019.
La Capital