Cónclave entre Lifschitz, Bonfatti, Javkin y Fein, entre otros dirigentes del FPCyS, para definir los pasos a seguir de cara a las generales de junio.
La Capital – «Con optimismo y dientes apretados». La frase, prácticamente susurrada ayer a La Capital por un referente del Frente Progresista (FPCyS), describe la intensidad con la que la coalición oficialista encarará —desde la semana próxima— la campaña para las elecciones generales del 16 de junio en territorio santafesino.
Todavía digiriendo los resultados de las primarias del domingo pasado, medio centenar de dirigentes frentistas confluyeron, al caer la tarde del martes, en un hotel de la capital provincial. Era la primera vez que la plana mayor de la coalición se veía las caras desde el cierre del período proselitista para las Paso.
El gobernador Miguel Lifschitz; el candidato a sucederlo, Antonio Bonfatti; el actual vice, el radical Carlos Fascendini; la intendenta rosarina, Mónica Fein, y el postulante a sustituirla en el Palacio de los Leones, Pablo Javkin (ganador de la interna frentista local), entre otros legisladores y dirigentes, trazaron una radiografía departamental y por ciudades y fijaron objetivos para iniciar la campaña lo más pronto posible, incluida una reformulación de consignas.
«Fue una elección muy rara la del domingo, con sus particularidades. Por eso fue bueno escuchar a todos. Hay un compromiso de empujar hacia adelante y con mucha fuerza la candidatura de Antonio», señaló —por lo bajo— uno de los asistentes al cónclave. El optimismo pareció sustentarse en la historia reciente, que refleja la experiencia del FPCyS en dar vuelta resultados adversos.
Comité de campaña nuevo mediante, todo indica que en la disputa por retener la Casa Gris el Frente Progresista desplegará una estrategia múltiple: ir a la caza de los votos de María Eugenia Bielsa (derrotada en la interna del PJ), de aquellos ciudadanos que no participaron de las Paso (unos 200 mil que suelen aparecer en la general), de los que se quedaron sin candidato (por no superar el piso de las primarias), más los sufragios en blanco, anulados, impugnados y recurridos. Otras voces priorizaron la búsqueda de los avales capitalizados por Corral, en especial del radicalismo.
«Es una nueva elección, un escenario similar al de 2015, y hay que dejar todo en la cancha. Con optimismo y dientes apretados», concluyó otro partícipe del encuentro.
En ese sentido, Lifschitz picó en punta ayer, durante su último discurso ante la Asamblea Legislativa, al recordar que «en la década del 90 no pudieron vender la Empresa provincial de la Energía (EPE), como lo hicieron con el Banco de Santa Fe». Teléfono para Perotti.
La intención de provincializar la campaña también toma como otro argumento lo afirmado por Bonfatti al filo del cierre de campaña, cuando dijo que votaría en blanco («Como ya lo hicimos») en un eventual ballottage entre el presidente Mauricio Macri y la ex mandataria Cristina Kirchner.
Según el escrutinio provisorio de las Paso, la suma interna del frente Juntos (PJ), en el marco de la puja por la Gobernación, significó el dominio de 16 de los 19 departamentos que conforman la bota santafesina, al margen de que Bonfatti lograra la mayor cantidad de votos en particular.
En la ciudad
Paralelamente, Javkin (Arriba Rosario) quedó posicionado, junto a los 38 puntos que sumó con la socialista Verónica Irizar, como el favorito para la Municipalidad, más allá de que el peronista Roberto Sukerman fuera el postulante más votado de manera individual.
Por eso, durante el encuentro se habló de «compatibilizar» las campañas, incluida la de Emilio Jatón, candidato a intendente de Santa Fe.
Respecto de Rosario, otro referente frentista resumió: «Hay que ir todos juntos. El objetivo es ganar la ciudad y, al mismo tiempo, que Antonio tenga una mejor performance». Los motores ya están encendidos.