El actual titular de la Casa Gris asegura que Antonio Bonfatti será el próximo gobernador de la provincia.
El último tramo de la campaña encuentra enérgico al gobernador Miguel Lifschitz. Asegura que Antonio Bonfatti será el próximo gobernador de la provincia, carga contra la alianza «del peronismo conservador con el kirchnerismo» y no ahorra dagas verbales hacia José Corral: «Un mal candidato y un mal intendente, que ni siquiera puede conservar su ciudad. Funcional a Perotti».
En una entrevista, Lifschitz repasa las obras de su gestión, se pone en alerta cuando se le cuestionan algunos claroscuros de su política de seguridad y mantiene en alto la candidatura presidencial de Roberto Lavagna.
En otro tramo de la conversación, el jefe de la Casa Gris elogia a Pablo Javkin, rechaza que no sea tropa propia del socialismo y lo considera su «amigo». Lifschitz admite, al fin, que si gana las elecciones a diputado provincial será el presidente de la Cámara baja e intentará poner en valor lo que no pudo en su gestión: reformar la Constitución,
—¿Gana el Frente Progresista a gobernador?
—Sí, estoy convencido de que el Frente Progresista ganará las elecciones. Es una elección difícil, porque competimos contra un peronismo unido que logró sumar a dirigentes muy diversos. Es un peronismo de derecha, conservador, que se ha unido con el kirchnerismo más duro de Rossi y Sukerman. Eso, a efectos electorales suma, pero es difícil imaginar un gobierno compartimentado de esa manera.
—¿Por qué?
—Imagínese a Rubeo y el Cachi Martínez jugando un rol clave en la Legislatura, con equipos integrados por dirigentes contradictorios entre sí, con historias tan distintas. Pero, objetivamente, han logrado sumar y poner en la misma canasta a todas las manzanas. A pesar de eso, hay un Cambiemos que si bien quedó muy atrás en las primarias sigue mostrando una gran agresividad y alto nivel de confrontación con nosotros, con el Frente Progresista. Como dicen: «No hay peor astilla que la del mismo palo».Corral, para compensar su desastre electoral en la ciudad de Santa Fe, intenta sostener algunos votos más en la provincia. Esto genera un escenario más difícil que el que preveíamos, pero aun así los santafesinos van a reconocer el trabajo, la palabra empeñada. Cumplimos con todos los compromisos, con todo lo que dije cuando asumí.
—¿Está conforme con su gestión?
—Todo está mejor que cuando inicié mi gestión, mejor con la salud, mejor con la educación, mejor con la Justicia, mejor con la policía, las obras. Bajamos las cargas para la producción agropecuaria. No hay un tema en el que no hayamos mejorado. Se podrán encontrar fallas, cosas mejores, cosas que faltan, pero dimos respuestas a las demandas. Y damos garantías de que somos confiables en el gobierno, de que no nos subimos a cualquier tren. No somos furgón de cola de ningún proyecto nacional, no lo fuimos durante el kirchnerismo, cuando resistimos y defendimos los recursos de esta provincia. No fuimos obsecuentes con Cambiemos, cuando creían que nos subiríamos a ese barco. Mantuvimos la defensa de los intereses de a provincia.
—Todas las críticas opositoras están unificadas en el tema seguridad. ¿Hace una autocrítica?
—Si es el único tema por el que hay una crítica es porque, en todo lo demás, fuimos exitosos.
—Las tarifas de la provincia son también muy criticadas.
—Todos saben que tienen que ver con la política nacional, política que Perotti desde el Senado acompañó y avaló estos cuatro años. Pero en materia de seguridad estamos mejor. Hemos hecho e intervenido en todas las áreas. Tenemos una Justicia Penal, mucho mejor, a la policía mucho mejor equipada, entrenada, con más presencia y tecnología. Hay más de dos mil detenidos más que en años anteriores, construimos cárceles, ampliamos la capacidad, tenemos más policías que las que teníamos antes. Todas las organizaciones delictivas están encarceladas, sus integrantes están entre rejas. Usted me dice que siguen habiendo robos, entraderas, homicidios, y por supuesto, eso existe en todas partes. Lo venimos reduciendo, pero no hemos llegado a los niveles que quisiéramos llegar. Pero eso no anduvo bien en ningún lugar del país.
—No es lo que dice Perotti.
—Yo, lo único que escucho, son frases huecas, de Doña Rosa. «Voy a poner más policías, voy a ser el jefe», pero ni una propuesta inteligente que permita pensar que otra fuerza política tiene una solución real al problema de la seguridad.
—En las otras elecciones, el gobierno nacional pareció apoyar más a los candidatos de los partidos provinciales que a los propios. ¿Hoy, cómo se posiciona la Casa Rosada?
—Hay una decisión, por lo menos del candidato Corral, de ser funcional a Perotti. No tengo ninguna duda. Su discurso, totalmente sincronizado con el de Perotti, su agresividad hacia el gobierno de la provincia. Algo inexplicable, porque todo lo que pasó en la ciudad de Santa Fe de bueno, lo hizo la provincia. El proyecto de Cambiemos en Santa Fe está en retirada, Corral es un mal candidato. Corral ha sido un mal intendente de la ciudad de Santa Fe, que está perdiendo por paliza su ciudad, la ciudad que gobierna. Ni siquiera los santafesinos en la ciudad en la que Corral gobernó durante ocho años lo reconocen como un buen gestor, como un buen intendente. Si ni siquiera los habitantes de la capital lo reconocen como un buen intendente, ¿qué podemos esperar si fuera gobernador?
—¿Le cuesta creer que el socialismo no tenga candidato a intendente de Rosario?
—El socialismo tiene candidato: Pablo Javkin.
—Candidato propio, digo.
—Pablo es un candidato propio. Viene trabajando con nosotros desde hace 20 años. Desde el inicio del Frente fue uno de los dirigentes más coherentes que hemos tenido, más allá de pertenecer a fuerzas políticas distintas. Ha sido absolutamente coherente y solidario con el Partido Socialista en todas las ocasiones, especialmente en el 2015, cuando después de perder la interna se puso al lado de Fein para ganar las elecciones. O cuando vino a Rosario y comprometerse con el Frente Progresista, en un momento difícil. Lo reivindico, soy amigo de él y es mi candidato y el del Partido Socialista. Y va a ganar Pablo, no tengo dudas. Es, por lejos, el mejor candidato. Es el que tiene más experiencia, coherencia política y es un dirigente con liderazgo. Ningún otro candidato está tan preparado como él.
¿Lavagna todavía es candidato a presidente?
—Sí, Lavagna es candidato a presidente. Y, pese a que en los últimos días hubo discusiones y diferencias de criterios con otros dirigentes que estamos dispuestos a competir con Cambiemos y con el kirchnerismo, no tengo ninguna duda de que es el mejor candidato que puede tener hoy la Argentina para sacarnos de la grieta y de la crisis. No me imagino un país que pueda superar los gravísimos problemas institucionales, políticos, económicos y sociales si no es con Lavagna.
—¿El cordobés Schiaretti les tendió una trampera y rompió Alternativa Federal tras reunirse con Macri?
—Es una opinión personal de Schiaretti no compartida por el resto de los integrantes de Alternativa Federal. Es un espacio diverso el que queremos constituir. Pensar que todo tenga una absoluta coherencia de pensamiento es muy difícil, casi imposible. Pero en esa diversidad está el potencial de este proyecto. Tenemos que coincidir en dos cosas: salir de la grieta y un proyecto de desarrollo con inclusión y federalismo. Si coincidimos en eso, me banco que unos pensemos de determinada manera y otros de otra.
—¿Pero le sorprendió la actitud de Schiaretti? Pareció “arreglada” con Macri.
—Me sorprendió que tire el nombre de Scioli, muy vinculado al kirchnerismo y no estuvo nunca adentro de nuestro esquema, ni siquiera lo habíamos conversado. No sé por qué lo dijo. Ahora, hay que construir una propuesta superadora y diferenciada de Cambiemos y del kirchnerismo. Esto no quiere decir que haya dirigentes de uno u otro espacio que no puedan sumarse, pero el proyecto debe diferenciarse de esos dos polos de la grieta.
—Sería tremendo que no hubiese una tercera opción, y que Argentina quedara presa de esa dicotomía.
—Sería volver a lo viejo, al 2015. El pueblo votó de una manera para resolver esa grieta, esa contradicción. El gran fracaso del gobierno es no haberlo resuelto. Debió haberlo superado. Cuatro años después estamos con una economía mucho más complicada.
—¿Cuánto hace que no está a solas con Macri?
—Hace mucho tiempo. La última vez fue en Córdoba, hace más de dos meses. Conversamos un ratito en un aparte, pero no fue una reunión privada.
—No es normal esta situación.
—En los últimos tiempos no hubo trato frecuente con varios gobernadores, con otros sí. No es mi caso. Sí tengo buen diálogo con varios ministros.
—¿En algún momento pensó en ser candidato presidencial frente a esta realidad tan bifronte de kirchnerismo vs macrismo?
—No están dadas las condiciones en un escenario de tanta polarización, donde es necesario sumar a distintos sectores. Podría haber intentado ser candidato presidencial para consolidar un proyecto progresista, sin expectativas de ser competitivo. A eso lo pensé el año pasado, y trabajábamos en esa dirección con Alfonsín y Stolbizer. La complicación del escenario económico, la crisis, y el regreso del kirchnerismo con muchas chances de volver a gobernar el país nos hizo revertir esa posición y pensar en un proyecto de mayor transversalidad. Ahí aparece Lavagna.
—¿Hay cosas para hacer en la Legislatura santafesina? Usted, seguramente, va a ser el presidente de la Cámara de Diputados.
—Se puede tener una agenda proactiva. La mayor iniciativa la tiene el gobernador, pero trabajando en conjunto con Bonfatti, el gobernador que viene, podemos impulsar cambios legislativos que no fueron posibles en esta etapa. Voy a ponerme como objetivo lograr lo que no pude estos cuatro años: la reforma de la Constitución.