El día después de la derrota frentista en las urnas que volvió a depositar al peronismo en la Casa Gris encontró a los principales dirigentes del Partido Socialista (PS) escudados en el silencio de radio y, al mismo tiempo, a las puertas de una reunión clave que, además de la previsible catarsis por la performance santafesina, le dará los últimos retoques a su estrategia electoral nacional.
Todo indica que el socialismo, que continúa en estado de conmoción por la caída del Frente Progresista (FPCyS) en la disputa por la Gobernación (tras doce años de ausencia, el PJ unificado recuperó el poder), mantendrá la sintonía fina con Consenso Federal 2030, coalición que postula al ex ministro de Economía Roberto Lavagna a la Casa Rosada. El sábado próximo vencerá el plazo para inscribir candidatos a diputado nacional y sumarlos a una boleta presidencial.
Por ese motivo, la dirigencia nacional del PS ya había agendado una reunión entre hoy y mañana. Aunque, por el veredicto de las urnas en Santa Fe, el cónclave también estará surcado por análisis, reconfiguración de escenarios y, posiblemente, algún que otro pase de facturas, más allá de que fuentes partidarias consultadas por La Capital desestimaron una catarsis de tono elevado.
El bajo perfil adoptado por las referencias más visibles del PS una vez cerrado el escrutinio provisorio (en las próximas hora comenzará el recuento definitivo) preanuncia una descarga de tensiones, aunque también la reformulación de escenarios y reordenamientos alimentados por los triunfos en las municipalidades de Rosario (de la mano de Pablo Javkin, un no socialista) y Santa Fe (vía Emilio Jatón).
Respecto de Miguel Lifschitz, quien se impuso en la categoría diputado provincial, y las suspicacias que despertó su ausencia en el escenario justo cuando Antonio Bonfatti admitía su derrota en manos de Omar Perotti —rival de Juntos—, otro referente del PS deslizó: «Estaba previsto que el gobernador fuera en ese momento a Santa Fe para acompañar a Jatón. No hay nada raro».
Sin embargo, no pocos recordaron el historial de la relación entre ambos dirigentes, que incluye diferencias en torno a la fallida reforma de la Constitución provincial impulsada por Lifschitz y a la etapa de construcción de la lista de candidatos a diputado provincial.
De hecho, otro tópico de discusión interna reciente fue la estrategia fogoneada por el mandatario santafesino a nivel nacional junto a Lavagna.
Por lo pronto, y tras evitar hablar de eventuales nombres a tributar en las listas de postulantes, en el PS desestimaron competir en las Paso nacionales de agosto con una boleta corta sin fórmula presidencial y ratificaron el encolumnamiento con la candidatura del economista.
La semana pasada, en coincidencia con el cierre de los frentes, Lavagna tuvo un gesto de desaire con el socialismo al proponer al gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey, como compañero de fórmula.
No obstante, el ex ministro envió ayer un mensaje conciliador a Lifschitz (ver aparte) y, si bien el PS pondrá algunos requerimientos sobre la mesa antes del broche final, no exigiría la revisión de la fórmula presidencial.
Felicitación especial
De paso por Salta, Roberto Lavagna felicitó ayer Miguel Lifschitz por su performance en la categoría diputado provincial en los comicios santafesinos del domingo: “Quiero hacerle un reconocimiento muy importante porque es un constructor de Consenso Federal 2030 y obtuvo una elección sobresaliente en lo personal”.