Este fin de semana el boliche Queen recibió la visita de los inspectores porque tenían la información de que en el interior había menores de edad.
Los dueños del local cerraron la puerta impidiendo el acceso con la excusa de que era «una fiesta privada».
Esta acción hizo que el gobierno intente clausurar el local pero se encontraron con un vacío legal que los obligó a enviar un pedido urgente al concejo municipal para poder clausurar un local cuando los propietarios se nieguen a la requisa.
El paralelo más sencillo que puede hacerse es el del control de alcoholemia, donde los funcionarios pueden dar como positivo a quien se negare a realizarse el control respectivo.
El proyecto de ordenanza, que modifica la ordenanza madre de control público e introduce este nuevo artículo, busca dar una nueva herramienta al Estado para evitar que bares, boliches o locales de cualquier tipo se nieguen a la revisión municipal.
El tema seguirá siendo analizado en comisión de Gobierno pero hay acuerdo para que salga aprobado rápidamente.