Luciano Federico Martínez y Germán Daniel Arce, ambos agentes policiales y el médico policial Alejandro Oscar Daveau comenzaron a ser acusados en la mañana del martes en el Tribunal Oral Federal Criminal de Santa Fe en el marco de una causa que investigó una serie de torturas sufridas por dos hombres fueron detenidos con drogas en la ciudad de Reconquista en 2013.
Los policías llegan acusados de haber propinado tormentos a Gustavo Cernadas y Ángel Luis Ramírez, cuando los detuvieron en un operativo policial el 25 de marzo de 2013 en la zona de Amenábar y General López, de la ciudad del norte provincial. En tanto, el galeno es juzgado por haber omitido denunciar las torturas cuando revisó a los dos detenidos.
El debate es presidido por el juez de Cámara Luciano Lauría, junto a José María Escobar Cello y María Ivon Vella. Los tres acusados cuentan con la defensa del abogado Néstor Oroño, mientras que la acusación está a cargo del fiscal general Martin Suarez Faisal, mientras que las víctimas, Cernadas y Ramírez, son representadas por el abogado querellante Gabriel Tanindo.
El suceso en cuestión ocurrió en un operativo policial que tenía en la mira a las dos víctimas, cuando ambos estaban sospechados de ser infractores a la ley de drogas y cuya causa se tramitaba en el Juzgado Federal de Reconquista. La noche del 25 de marzo del 2013, Ramírez iba a bordo de su moto por calle Amenábar cuando divisó a Cernadas en la puerta de la casa de su abuela. Cuando paró a saludarlo fue abordado por un grupo de policías vestidos de civil.
Según declararon Ramírez y Cernadas al inicio del juicio, los policías comenzaron con los golpes inmediatamente. Para ello utilizaron las culatas de sus armas de fuego, incluso cuando ellos no se resistieron y ya estaban esposados y en el piso. “Me sorprendí y levanté las manos enseguida”, dijo Cernadas, mientras que Ramírez fue abordado de atrás por un efectivo “que me bajó de la moto a culatazos”, según relataron ante el tribunal.
Una vez que se concretó la detención, los dos hombres fueron trasladados a la Comisaría donde continuaron los golpes. Ramírez manifestó que lo dejaron en el descanso de una escalera, con las manos esposadas en la espalda y una remera que me tapaba la cabeza. “Yo me ahogaba con mi propia sangre. Cada policía que pasaba me pegaba un cachetazo o una trompada”, confesó ante el tribunal.
En similar sentido declaró Cernadas, quien manifestó que lo dejaron tirado en el piso de la dependencia y recibió escupitajos y patadas por el personal que pasaba por el lugar.
Los denunciantes se refirieron también a la primera atención médica recibida por el galeno de la fuerza. “Nos vio así nomás”, dijeron ambas víctimas quienes recién constataron las fracturas que tenían -uno de ellos en el maxilar, otro en el tabique nasal- dos días después en el hospital de Reconquista. “Se reían entre ellos y por el golpe que tenía en el rostro me decían que me había picado una abeja”, manifestó Ramírez.
El primer informe médico redactado por Daveau dio cuenta de una serie de lesiones leves compatibles con “fricción o arrastre”. Tras recibir declaración indagatoria en la causa seguida en su contra, fueron trasladados al hospital de Reconquista. Allí les hicieron radiografías y tomografías donde se constataron las fracturas, compatibles con el relato de los dos hombres.
Por último los dos denunciantes expresaron haber quedado con secuelas psicológicas por lo ocurrido. Cernadas admitió estar bajo tratamiento psiquiátrico porque le daba la sensación que todo el mundo me quería pegar. “Una vez lo confundí a mi padre y lo agredí, entonces mi familia decidió internarme para que me atienda un psiquiatra”, explicó. En tanto Ramírez dijo que ni siquiera fue a retirar la motocicleta que había quedado secuestrada en la comisaría “por el miedo que me quedó”.
Fuente: Aire de Santa Fe