El empresario, nieto del fundador de la siderúrgica Acindar, analizó la situación actual de Argentina. Concluyó que «el país está más maduro», pero advirtió que se necesita «un estadista de primer nivel».
El año 2020 va a ser “extremadamente difícil”, vaticinó el empresario Arturo Acevedo. Nieto del fundador de la empresa siderúrgica Acindar, Acevedo señaló que “el país está más maduro” con “una generación joven con energía positiva”, pero advirtió que “hay una dirigencia que está por detrás de lo que reclama la ciudadanía” y que “para sacar adelante a la Argentina necesitamos un estadista de primer nivel”.
A continuación, el diálogo con Ámbito Financiero:
Periodista: Años atrás, durante el gobierno de Cristina Kirchner, le pregunté si su abuelo volvería a fundar Acindar, le vuelvo a hacer la pregunta.
Arturo Acevedo: Es una pregunta muy difícil, quizás sí, porque creo que hay un cambio, la juventud está muy activa, con ansias de crecimiento.
P.: ¿Qué cambió en estos años, porque en ese momento fue categórico al afirmar “mi abuelo no fundaría la empresa”?
A.A.: Hay un cambio, el país está más maduro, tiene más percepción de hacia dónde ir, no lo estamos logrando, pero hemos avanzado mucho.
P.: ¿En qué nota esos cambios?
A.A.: En actitudes, en ganas de emprender, veo una generación joven con energía positiva. Percibo el inicio de un cambio, creo que hay una necesidad de la población, lograrlo dependerá de nosotros. Conceptualmente, lo que quiero decir es que después de 60 años de decadencia, hemos tenido, en mi opinión, dos periodos de intención de cambio profundo: el primer gobierno de (Carlos) Menem, con su ministro (Domingo) Cavallo y el gobierno de (Mauricio) Macri. Especialmente en este último, los argentinos reclamaron y pretendían un cambio profundo de rumbo y el inicio de un camino de recuperación del país para insertarlo en el mundo, a la par de Australia o Canadá. En ambos casos la dirigencia falló estrepitosamente. Pero creo que esa necesidad de cambio sigue germinando.
P.: Ese cambio ¿hacia qué dirección va, dejando de hacer qué?
A.A.: Dejando de hacer todo lo que se encuadra dentro de los conceptos de prebendarismo, de corrupción, combatiendo la pobreza, apuntando a una educación distinta y más moderna. Todos esos conceptos los veo más orientados hoy que antes.
P.: ¿Estos cambios los ve en las dirigencias?
A.A.: Los veo en las nuevas dirigencias.
P.: ¿Usted percibe en los candidatos políticos esa semilla de cambio o tienen los mismos discursos de siempre?
A.A.: No, en los candidatos no lo veo, lo que percibo es en la ciudadanía, no en los candidatos.
P.: ¿Hay una grieta entre una sociedad que silenciosamente está cambiando y las dirigencias que por el contrario no cambian?
A.A.: Hay una dirigencia que está por detrás de lo que reclama la ciudadanía. Hay falta de liderazgo, de objetivos claros. Indudablemente nosotros somos una sociedad de individualismos y necesitamos de una dirigencia que concentre y oriente en una sola dirección. Hoy no veo que esa dirigencia esté funcionando bien y por eso tenemos el país que tenemos.
P.: ¿Cómo vislumbra el próximo año en materia económica?
A.A.: Va a ser un año extremadamente difícil, los problemas económicos, social, de pobreza, educación estarán en un pico, el nuevo gobierno va a tener que enfrentar estos problemas con un liderazgo que no veo, sea quien sea que gane.
P.: ¿Sea que gane Alberto Fernández o Macri?
A.A.: Sí, en ambos casos será difícil el año que viene. Para sacar adelante a la Argentina necesitamos un estadista de primer nivel y, como ya dije antes, tenemos un problema de dirigencia.
P.: ¿Cree que el próximo presidente llamará a un gran acuerdo para atacar, por ejemplo, la pobreza?
A.A.: Creo que lo puede intentar, aunque dudo de la efectividad.