Este jueves llega a su fin el congelamiento de precios de combustibles decretado por Mauricio Macri el 16 de agosto. Es por eso que desde el sector esperan que a partir del fin de semana se dé un primer aumento en las naftas en torno del 5%. Según aclararon, el Gobierno y las petroleras mantienen reuniones para que el impacto en el bolsillo de los consumidores no sea tan fuerte: estiman que el precio quedó atrasado un 15%, por lo que en los primeros días de diciembre -previo al 10-D, día de la asunción de Alberto Fernández- podría haber otro incremento que generará más presión sobre la inflación.
Gabriel Bornoroni, presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA), analizó el escenario actual y lo que podría ocurrir desde el jueves. “El Gobierno está negociando con las petroleras para definir los pasos a seguir luego del congelamiento. Podría haber una actualización del 5% al 6%. Las petroleras están informando que tienen un atraso del 15%, luego de que les hayan permitido -dentro del congelamiento- dos aumentos del 5%. Todavía no hay nada oficial”, sostuvo Bornoroni, quien remarcó: “Es una negociación que es positiva, que el Gobierno y las petroleras se sienten para ver cómo seguir, para que de esta forma afecte de la menor manera posible a los ciudadanos”. El gesto que destaca el representante de las estaciones de servicio tiene que ver con que, en efecto, desde el jueves las petroleras no necesitarán de la autorización del Ejecutivo para aplicar aumentos.
En el sector sostienen que lo que defina YPF marcará, de alguna manera, el camino del resto de las petroleras, ya que cuenta con el 60% del mercado. Y Daniel González, su CEO, declaró días atrás cuando le consultaron al respecto: “Seremos muy responsables en la forma en que aumentamos los precios. Nos importan nuestros clientes, así que lo que haremos será lo necesario”.
El decreto firmado por Macri en agosto (luego de las PASO) establecía que por noventa días corridos, el precio de la nafta se determinara aplicando un tipo de cambio de referencia de $45,19 por dólar y un precio de referencia Brent de u$s 59 por barril. Pero la devaluación obligó a que, en medio del congelamiento, se permitieran dos subas: una fue a mediados de septiembre y la otra el 1° de noviembre (después de las elecciones) que buscaban, además, hacer frente al desabastecimiento que afectaba a diferentes estaciones de las denominadas sin bandera.
Según los datos que difundió la secretaría de Energía a fines de octubre, el congelamiento de los precios de combustibles contribuyó a frenar la caída en las ventas: en septiembre, el despacho creció un 4,9% frente al mismo mes de 2018. “El congelamiento aplicado desde mediados de agosto, si bien no incentivó un mayor consumo, al menos estaría contribuyendo a frenar la caída que sucedía mes a mes previo al DNU”, destacaron desde CECHA, que reúne a más de 4.800 estaciones de servicio de todo el país.