El jefe del socialismo argentino fue ratificado como parte de la conducción de la Alianza Progresista por tres años más.
El presidente del Partido Socialista (PS), Antonio Bonfatti, participó en Estocolmo, Suecia, de la Convención de la Alianza Progresista, en el que el presidente de la Cámara de Diputados provincial fue ratificado como miembro de la conducción del organismo por tres años más. También se suscribió un documento por el cual pidieron por la libertad definitiva del expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
En ese marco, Bonfatti mantuvo encuentros con el presidente del Partido Socialdemócrata Sueco (SAP) y primer ministro de ese país, Stefan Löfven, y el primer ministro de Portugal, António Costa.
Lo propio ocurrió, entre otros, con el primer ministro de Finlandia, Antti Rinne, y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas.
Se debatió sobre los desafíos del movimiento progresista y el cambio climático, así como la lucha por «un futuro libre, justo y pacífico», además de pedir por la libertad definitiva del ex presidente de Brasil.
En tanto, el bloque latinoamericano expresó su preocupación por la situación de la democracia en la región, entre los que se destacan los hechos de violencia que sacuden a Chile y el golpe de Estado en Bolivia, al tiempo que se manifestó respecto de la delicada situación que se vive en Venezuela, Nicaragua y Ecuador.
En el transcurso de los debates, también se abordó la digitalización, el futuro del trabajo y las transformaciones provocadas por la revolución digital.
Frente a ese escenario, plantearon «establecer reglas para los mercados y los actores con el fin de impedir la explotación», al tiempo que se instó a «adecuar los sistemas tributarios nacionales e internacionales a las nuevas formas empresariales».
«Como casi todo emprendimiento privado, aprovechan el uso de la infraestructura y los bienes públicos. Por ello deberían contribuir a los ingresos de los estados donde se generan sus ganancias», destacaron.
El encuentro, que se realizó bajo la consigna «Una agenda progresista para el futuro del trabajo, la sostenibilidad y la solidaridad», reunió a representantes de más de 140 fuerzas de centroizquierda de todo el mundo, entre ellos el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, el Frente Amplio de Uruguay y el Partido Socialista chileno.