El cúmulo de vencimientos de deuda en dólares y en pesos que enfrentará el país en el comienzo de 2020 acelerará el ritmo de la renegociación con los acreedores privados que encarará Alberto Fernández no bien asuma su mandato, en simultáneo a la discusión con el Fondo Monetario Internacional. Es que entre diciembre y mayo vencerán unos US$34.000 millones en bonos y letras. Casi la mitad está nominada en moneda extranjera y supera al volumen de reservas netas. Así, sin acceso a los mercados, los negociadores del Frente de Todos apuran las conversaciones con los tenedores para evitar la declaración de un nuevo default antes de sellar un acuerdo.
Según un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso, basado en los números oficiales del Ministerio de Hacienda, los compromisos totales de amortizaciones e intereses en los primeros seis meses de Fernández alcanzan los US$46.674 millones, casi el 60% en dólares. Si se excluye la deuda intra sector público, se trata de unos US$23.664.
También en base a la información oficial, la consultora PxQ, que dirige el economista del Frente de Todos, Emmanuel Álvarez Agis, calculó los vencimientos de bonos y letras para el período noviembre de 2019-diciembre de 2020 en US$56.448 millones, sin incluir los pagos a organismos internacionales. Y sólo entre diciembre de este año y mayo del próximo, en US$33.971 millones.
Este escenario condiciona la dinámica de la renegociación, ya que las limitadas reservas netas, que actualmente rondan los US$11.000 millones, no alcanzan para afrontar los pagos en moneda extranjera hasta comienzos de mayo, el mes con mayor carga de vencimientos en dólares (US$5.610 millones).
El propio Fernández reconoció la premura este domingo y, en declaraciones a Radio 10, aseguró que las conversaciones con los acreedores están «avanzando mucho más rápido de lo que piensan los medios». Aunque aclaró que «no hay que salir corriendo porque, finalmente, esto es una negociación».
En ese sentido, el exsecretario de Finanzas y uno de los candidatos al próximo Gabinete, Guillermo Nielsen, convocó a dos exfuncionarios que participaron del canje de 2010: Adrián Cosentino y Germán Plessen. Ambos ya empezaron a reunirse con bancos y compañías de seguros.
Las preocupaciones de los economistas del Frente de Todos son dos: respecto de la deuda en pesos, intentar estirar los vencimientos lo antes posible para evitar una fuerte emisión que podría ir a presionar al dólar blue; y respecto de la nominada en moneda extranjera, no vaciar las tenencias internacionales, lo que en los hechos implicaría la declaración de otro default.
En esa línea, la firma de Álvarez Agis sostuvo: «El acuerdo (con los tenedores) debe asegurar la sostenibilidad de la deuda para evitar un nuevo evento en el futuro, al mismo tiempo que no sea tan agresivo como para dejar a Argentina fuera del mercado por un largo plazo. El equilibrio es delgado y no solo depende de la voluntad de la república y los acreedores privados, sino también del FMI. Hoy el problema es de liquidez pero. si se dilata el acuerdo y los tiempos se alargan. corre riesgo de que evolucione en un problema de solvencia».
Como contó BAE Negocios, el mercado prevé una reestructuración compulsiva de los títulos bajo ley local, que en 2020 representan casi el 90% del total. Esto se refleja en el precio de estos bonos, que cotizan a una paridad cercana al 40%, y en un riesgo país, que cerró ayer en 2.463 puntos. Otro tanto ocurre con las letras defaulteadas en agosto: por el temor a un re-reperfilamiento, las Letes en dólares que vencen en febrero cotizan en el mercado secundario con tasas de retorno superiores al 3.000%.