El Banco Nación, como principal acreedor, pedirá que la firma se desprenda de activos para cancelar deudas. El Estado sólo buscará cuidar los empleos.
A pesar de la polémica y la investigación en marcha para conocer el proceso por el cual el Banco Nación le otorgó un crédito de más de $18.300 millones Vicentin, la estatización de la compañía estaría descartada entre los planes del Gobierno.
Tras los rumores y las especulaciones en torno de la empresa que está en default, fuentes del sector aportaron la siguiente explicación ante la consulta de Ámbito Financiero: “El Estado sólo seguirá de cerca la situación con el objetivo de que se resguarden las fuentes de trabajo y lo más acertado sería que sus dueños ejecuten una venta de activos para cancelar sus deudas”.
Mientras tanto, los dueños de Vicentin, con la familia Padoan a la cabeza, siguen encerrados en su laberinto y cuentan cada vez con menos tiempo para salir airosos de la profunda crisis que afecta a la compañía que tiene 90 años de trayectoria en la Argentina.
Esta semana, con el fin de la feria judicial, comenzaron a caer las demandas de los acreedores de la empresa ante la Justicia comercial. Entre las firmas que recurrieron a la Justicia se encuentran acopios y cooperativas que le vendieron granos a Vicentin por un monto total de alrededor de u$s350 millones y ahora quieren cobrar. A este grupo de acreedores la empresa le presentó un plan de pagos que no fue bien recibido ya que para los casos en que la deuda supera los u$s30 millones se propuso un pago inicial del 20% y el resto a pagar en cuotas en hasta ocho años.
Las empresas que recurrieron a la justicia en estos días fueron Agro Giorgi, Bollatti, Bessone, BLD y Corredora Pampeana y en los próximos días se esperan más presentaciones, incluida la de un grupo de productores afectados por el default y que se nuclearon en el reclamo.
Aquí se abre un escenario por demás complejo para Vicentin porque en caso de que la Justicia tome estas denuncias empujaría a la empresa al inevitable concurso preventivo de acreedores.
En este contexto los directivos de Vicentin continúan negociando con otras empresas para venderles alguno de sus activos con el objetivo de lograr liquidez para cancelar parte de sus pasivos y de esta manera esquivar la instancia judicial. Lo cierto es que esta posibilidad también viene muy complicada para la empresa santafesina porque los posibles compradores -entre los que se destaca la trader europea Glencore, pero también resuenan otras multinacionales- proponen quedarse con la totalidad de la firma argentina. Pero la familia Padoan no ve con buenos ojos esa alternativa.
El escenario anhelado por los dueños de Vicentin sería desprenderse sólo de alguno de sus cuantiosos activos o quizás asociarse a un gigante multinacional, pero lejos están de querer entregar la totalidad de la empresa, lo que equivaldría además a una retirada del negocio en el que operan hace 90 años.
En este contexto desde la empresa argentina remarcan que a pesar de que se extendió la licencia a sus trabajadores, se siguen abonando la totalidad de los sueldos correspondientes y no está en los planes concretar despidos.
El objetivo es poner a funcionar las plantas de crushing cuanto antes, pero por supuesto antes resta esclarecer la situación financiera que llevó a la empresa al default y la tiene al borde del concurso preventivo de acreedores.