La firma agroindustrial Vicentin continúa insistiendo para avanzar en un acuerdo extrajudicial con los acopios, cooperativas y productores que le vendieron granos por más de u$s350 millones y en este marco ayer dejó trascender una nueva propuesta que contempla una quita del 50% a pagar en contado y en pesos. De esta manera la firma echó por tierra su promesa inicial de pagar la totalidad de la deuda contraída con sus acreedores del sector primario.
Lo cierto es que la propuesta anterior tampoco fue muy bien aceptada en el sector porque no sólo ofrecía un pago inicial del 20% del capital adeudado, con un monto mínimo de u$s30.000, sino que también obligaba a los mismos acreedores a venderle granos a precios diferenciales y el resto se pagaría en hasta ocho años. Este plan de pagos es todavía ofrecido por la empresa y ayer se presentó la opción B, pero que incluye una quita del 50%, dos escenarios, al menos, de pérdida para los productores agropecuarios locales.
Concretamente el default de Vicentin está afectando a toda la agroindustria local porque son varias las empresas corredoras de granos que están muy complicadas al no poder cobrar las deudas. Incluso la firma GYT SA (Guardati y Torti) fue dada de baja del registro de granos para operar y suspendida por la CNV porque a su vez también se declaró en cesación de pagos hace unas semanas. En menor medida otras grandes cooperativas y productores agropecuarios sufren a cuenta propia la debacle de la compañía agroindustrial y están haciendo malabares para no caer.
En tanto, Vicentin espera que se abra formalmente el concurso de acreedores para negociar con el Banco Nación, al que le debe $18.300 millones, sobre una deuda bancaria total que supera los $23.000 millones.
En paralelo, y pese a lo que habían dejado trascender la empresa, por el momento no vendió ninguno de sus activos, a pesar de que recibió ofertas concretas de compra. Sólo se desprendió de un porcentaje de la firma dedicada al biodiésel Renova que tiene en asociación con Glencore. Quizás lo más llamativo es que el dinero que ingresó de esa operación tampoco fue destinado para rescatar a la firma del default porque la venta se concretó al menos un mes antes de que entrara en cesación de pagos con deudas que superan los u$s1.300 millones.