Los primeros cien días del gobierno provincial quedaron signados por la ola de violencia en Rosario y Santa Fe y por los fuertes disensos legislativos que trabaron la sanción de las emergencias. Sin esa herramienta, la gestión se estancó.
La personalidad de un gobierno suele advertirse a partir de las determinaciones con las que se posiciona de arranque. Los primeros cien días de gestión de Omar Perotti estuvieron signados por una ruptura frontal manifiesta hacia sus antecesores inmediatos y por la dificultad derivada de una debilidad legislativa que le vuelve trabajoso imprimir la dirección deseada.
El resultado de esta doble circunstancia es un arranque trabado no solamente por los fuertes disensos en la Legislatura sino por otros contratiempos: una coyuntura de seguridad crítica en especial en Rosario, un conflicto con el frente gremial estatal y discordias internas en el mismo campo del oficialismo.
Las tensiones en realidad se originaron antes del 11 de diciembre. La principal fue a partir de que el ex gobernador Miguel Lifschitz remitiera a la Asamblea Legislativa el proyecto de Presupuesto 2020 cuando había acordado con Perotti que el diseño de la ley de gastos de la provincia quedaría a cargo de la gestión entrante. Las explicaciones de lo ocurrido inauguraron una larga secuencia de desencuentros. Perotti reprochó con dureza a Lifschitz haber traicionado un acuerdo. Lifschitz le replicó que fueron los mismos legisladores, entre ellos un sector decisivo del justicialismo en el Senado, los que le exigieron que cumpliera mandando el Presupuesto como lo ordena la ley, es decir, antes de la finalización del mandato de la Legislatura saliente.
Eso dejó instalada la primera fractura clara en un peronismo que había garantizado con su unidad el triunfo de Perotti pero que ahora se plantaba mostrando su vigor para condicionar la gobernabilidad. Ese sector encabezado por el senador sanlorencino Armando Traferri tuvo un protagonismo notorio desde entonces. La ley de Presupuesto de Lifschitz se votó por su exigencia y fue acompañada en total por seis senadores del PJ. Más tarde Traferri sería actor decisivo para deshacer, en parte, lo andado, al intervenir para realizar enmiendas en diciembre, que permitieron que Perotti tuviera una ley de gastos más ajustada, claramente no del todo, a sus aspiraciones.
11/12: La distancia con la oposición se ahondó del todo en el mismo instante del juramento. En un tramo central de su discurso inaugural ante la Asamblea Legislativa Perotti habló de desgobierno político de la seguridad pública y afirmó que en los últimos años había existido un acuerdo donde hubo vista gorda judicial y política. En la ceremonia estaban los dos últimos gobernadores socialistas que escucharon señalar la vigencia de un pacto de gobernabilidad entre Estado y delito, cuyos resultados fueron el crecimiento de la criminalidad, el derrumbe de la labor policial y la desconfianza de la comunidad hacia las instituciones.
¿Quién había pactado? ¿Con qué pruebas hablaba Perotti? En su señalamiento estaba lanzada una posible ruptura. Que no era solamente con el Frente Progresista sino con sectores del PJ que tomaron como una amenaza personal la designación como ministro de Seguridad de Marcelo Sain, que había señalado la existencia de acuerdos espurios entre dirigentes justicialistas y sectores policiales jerárquicos con lazos duraderos con actores del crimen.
En ese discurso Perotti también estableció otro eje de disputa con la nueva oposición. Echó la culpa en especial a Lifschitz de un déficit de más de 9 mil millones de pesos y de una deuda flotante que condicionaba las continuidades de obras públicas y el pago a los proveedores de la provincia. A partir de allí ambas cuestiones, seguridad y finanzas públicas, caracterizaron la faceta que adoptó el nuevo gobierno.
Al discurso de la asunción siguió el envío al Senado de la Ley de Emergencia económica, sanitaria, social y en seguridad. Allí se dio en los hechos la medición del estado de fuerzas de la representación política. La Cámara de Diputados, con mayoría socialista y radical, rechaza la iniciativa sin tratarla, con el argumento de que el Poder Ejecutivo dispondría de un volumen de fondos inédito para gastar sin control adecuado, y sin explicitar sus destinos. El capítulo de Seguridad del proyecto naufraga en el Senado, donde el justicialismo tiene mayoría, por la oposición del grupo de seis senadores comandado por Traferri. Pero este grupo también es el que con enmiendas aprueba el envío demostrando, con ese movimiento, su poder relativo.
15/12: En ese promediar de enero ya había gravitado fuertemente el peso de la fuerte figura pública de Saín. Lo más importante fue el pase a retiro de 30 oficiales jerárquicos de la policía de la provincia y el significativo discurso de presentación a los jefes designados. Algunas de sus frases: “No me gusta que la calle me la manejen los delincuentes”. “Se acabaron las jefaturas de policía paralelas”. “No les vamos a pedir un mango”. “Quiero que les quede claro que los senadores no son jefes de policía”.
En la misma semana que pronunció esa frase el Ministerio de Seguridad intervino la Jefatura de Policía de San Lorenzo, un mes después que oficiales de esa jurisdicción quedaran imputados por sus conexiones con Esteban Alvarado, figura central del delito en Rosario en la última década.
5/1: Paralelamente las situaciones de violencia copaban la agenda de medios. Uno de los hechos, más esporádico pero impactante, tocó en forma directa al gobernador. Fue cuando un joven que trató de recuperar un celular robado en la ciudad de Rafaela cayó de su moto persiguiendo a los ladrones lo que le causó la muerte. La indignación derivó en una primera marcha en la que algunos movilizados acudieron a escrachar la vivienda de Perotti.
11/1: En medio de una escalada de homicidios, la mayoría vinculada a disputas criminales, un atentado a balazos contra el Casino de Rosario mata a un apostador de 64 años que había salido a un balcón en una pausa del juego. Ese crimen en el lugar privado de mayor concurrencia de la ciudad cobra impacto nacional y desnuda el negocio de la protección mafiosa de bandas delictivas. El primer detenido por el caso es un cobrador del Jefe de Los Monos Guille Cantero.
28/1 Tras 50 días sin tregua en los cruces políticos Perotti anuncia su proyecto de Necesidad Pública para atender con fondos extraordinarios las urgencias financieras, sanitarias, alimentarias y de seguridad. El oficialismo elabora cambios respecto de la truncada ley de emergencia en el control de las partidas y hace menciones explícitas sobre las asignaciones a municipios y comunas, un 12 por ciento de las disponibilidades que asigne la ley. La oposición indica que sigue siendo mucho dinero sin control y que el mensaje debe entrar, para tener chances, por la Cámara de Diputados. Perotti considera una tozudez y mezquindad de Lifschitz ese argumento y lo remite por el Senado, que lo aprueba. La iniciativa queda trabada al pasar a Diputados donde permanece en estudio en comisiones en un ámbito con mayoría opositora.
1/2: Perotti congela por decreto las tarifas de electricidad y agua y durante 60 días los peajes en rutas provinciales.
7/2: Otro nudo de tensión se produce al acercarse las negociaciones paritarias con los trabajadores estatales de la provincia. Perotti señala que es imposible e inviable sostener la claúsula gatillo acordada por su antecesor Lifschitz de ajuste de sueldo por inflación. Indica que se alinea con la estrategia nacional de un acuerdo de precios, salarios y tarifas. Y que al menos 100 intendentes de localidades santafesinas le expresan la inviabilidad de afrontar los mecanismos indexatorios de aquella claúsula en municipios y comunas desfinanciadas.
16/2: El asesinato de Hugo Oldani en su agencia de viajes de la galería Rivadavia en el centro de Santa Fe dispara una estremecida reacción con marchas de miles de vecinos frente a la Casa de Gobierno. Para ese momento se habían producido 14 homicidios en el departamento La Capital y 40 en Rosario. Días después del hecho el gobierno de Perotti se posicionó a través de Marcelo Saín. “Hubo una marcha pidiendo seguridad que nosotros respetamos”, dijo el ministro de Seguridad, “pero en esa oficina no operaba solo una agencia de viajes, sino algunas cosas más que tienen que ver con delitos mucho más graves”. Poco después se sabría que de la caja fuerte de la oficina habían desaparecido, tras el crimen, 500 mil dólares en efectivo entre moneda extranjera y nacional.
Para la misma fecha estallan conflictos de trabajadores municipales en toda la provincia. Las discordias por salarios se acentúan con el ofrecimiento del gobierno de Perotti a los docentes provinciales de un 3 por ciento de aumento además de una suma fija para material didáctico. La respuesta fue un paro de maestros públicos y privados de 48 horas en la semana de comienzo de clases a inicios de marzo. “Fue la peor propuesta salarial de un gobernador en los últimos diez años”, sostuvo Gustavo Teres, secretario general de Amsafé Rosario. El fracaso de la negociación derivó en una masiva concentración de docentes de los 19 departamentos provinciales en Santa Fe la semana pasada. La paritaria fue suspendida por la crisis originada por el coronavirus.
12/3: Perotti consigue envión de los intendentes de las mayores ciudades de la provincia, Emilio Jatón y Pablo Javkin, para impulsar la ley de necesidad pública. El rosarino es el más explícito. “Hay que ser responsables y lograr un acuerdo”, dijo, tomando distancia de Lifschitz, su aliado en la coalición opositora.
19/3: Tras casi 100 días de fuertes pujas, con la inminencia de la cuarentena general finalmente dictada por el gobierno nacional, Perotti se comunicó personalmente con Lifschitz para pedirle la sanción de la ley de Necesidad Pública. “Lo llamé para pedirle su mayor colaboración por la instancia que hoy estamos atravesando”, dijo el gobernador. El actual titular de la Cámara de Diputados llamó a sesionar el miércoles próximo en una atmósfera que torna pensable un acuerdo. La emergencia sanitaria parece la imprevista antesala para encaminar la ley por la que el gobernador disputa desde el primer día de su gestión para reorientar partidas y tomar financiamiento externo.