El gobernador firmó el decreto que obliga a usar tapabocas (y narices) de confección doméstica y prohibe la venta de los barbijos quirúrgicos a todo aquel que no se desempeñe en la Salud. Más detalles
El gobernador Omar Perotti firmó el decreto que obliga a usar barbijos caseros en toda la provincia de Santa Fe. “Hay lugares como el transporte público, el supermercado o los bancos donde definitivamente va a haber que usarlo”, señaló.
“Taparse la nariz, la boca y el mentón es un elemento más para cuidar al otro. Ppero no deja de lado las medidas como el lavado de manos, al distanciamiento social y que cada uno siga con su mate”, advirtió este miércoles por la noche.
“Es una buena práctica, sirve para cuidarnos y cuidar al otro. Es parte de nuestras nuevas costumbres que tendremos que incorporar”. Además insistió en que “no nos metamos con los barbijos profesionales que son para los médicos y enfermeros. El tapabocas cumple perfectamente la función que necesitamos”.
En tal sentido, la nomativa que regula el uso de barbijos, prohíbe tajantemente “la venta de barbijos quirúrgicos o profesionales tipo N95 o similares a quienes no se desempeñen en los servicios de salud. O no sean personas jurídicas que tengan por objeto la prestación de ese servicio”.
“Lo que tiene que haber es una exigencia clara y concreta: el que no tenga barbijo no va a poder entrar al súper ni subirse al colectivo”, advirtió. Según el decreto, quien no cumpla con el uso del barbijo por “imprudencia, negligencia o impericia” es pasible de ser arrestado hasta quince días o multado económicamente (hasta tres jus).
Rosario y Santa Fe
En tanto, los intendentes Pablo Javkin de Rosario y Emilio Jatón de la capital provincial hicieron extensivo el decreto de la provincia hacia las ciudades el día de ayer. De esta manera, los ciudadanos deberán usar tapabocas.
El barbijo social va a ser de uso obligatorio, fundamentalmente para las personas que se trasladan a todas las actividades que están exceptuadas. También va a ser de uso obligatorio para todas aquellas personas del transporte público, las que se muevan en taxi, en remis, para todos los que tengan que estar en una fila del supermercado o en sus ingresos, en las entidades financieras, y en alguna otra instancia o repartición pública que por algún motivo tenga que estar haciendo una fila e ingresar al mismo.