El Ministerio de Desarrollo Social licitó por 10.200.000 unidades de productos y solo se adjudicó el 34%. Los problemas, precios máximos y mayor demanda.
Tras escándalo de los sobreprecios en la adquisición de productos en el Ministerio de Desarrollo Social – que provocó el alejamiento de varios funcionarios-, la cartera a cargo de Daniel Arroyo está recomponiendo su sistema de compras, aunque con dificultades.
En medios oficiales existe preocupación por el crecimiento de la pobreza en momentos en que de 35,5 % (última medición del INDEC), ya se estima que el 40% de la población se encontraría bajo la línea de la pobreza, cifra que podría llegar a superar el 50% si la situación se agravara.
“Hoy necesitamos más gestión y más política” coinciden tanto en la Casa Rosada como en el entorno de la vicepresidente, Cristina Fernández de Kirchner respecto a la atención de la situación social.
Daniel Arroyo es ponderado en medios oficiales tanto por su calidad profesional como por su honestidad. La cartera trabaja contra reloj para asegurar la provisión de alimentos durante la cuarentena apuntando a abastecer a las zonas más necesitadas del país. Lo hace en momentos en que la demanda de asistencia tiende a multiplicarse por el aumento de la pobreza derivado de la depresión económica que provocó el estallido del coronavirus.
Esta semana, Desarrollo Social convocó a los productores de alimentos a participar de un nuevo proceso de compras «más ágil» y ajustado al esquema de «precios máximos», precisaron fuentes oficiales, mediante el cual planea adquirir 1.700.000 módulos alimentarios para distribuir entre los sectores más vulnerables de la población.
Sin embargo, los primeros resultados de estos llamados no llegaron a cubrir las cantidades requeridas. Según trascendió en medios de los proveedores, en el caso de la compra de fideos, en paquetes de 400 gramos se ofertaron a $29.91 unos 680.000 paquetes y $33 por 170.000 es decir las ofertas cubrieron el 90% del volumen licitado.
Las ofertas de aceite mezcla, botellas de 900 centímetros, cúbicos alcanzaron al 70% de la cantidad requerida. Menor fue la participación de oferentes por paquetes de un kilo de harina, ya que se hicieron ofertas por 30% de lo licitado a un precio de $31,50/32,50 siendo el precio máximo estipulado en $33,99.
En el caso del kilo de arroz, ninguno de los oferentes hizo propuestas que encuadraran dentro de los $ 44,89 fijado como valor máximo. La licitación por azúcar también quedó desierta.
Resumiendo no pudo comprar ni arroz ni azúcar y sólo un 30% de harina, productos básicos para la alimentación.
En la leche sí hubo muchas ofertas y se cubrirá el cupo. La explicación es que es una leche especial desarrollada para los ministerios (es fortificada y con un complejo vitamínico) y por lo tanto no está sujeta a los precios cuidados o máximo a un valor unitario $34. En total de los productos solicitados el resumen fue que se licitó por 10.200.000 unidades y solo se adjudicó el 34%.
El que se haya adjudicado solo el 34% de los productos licitados muestran un gran faltante de alimentos. Cabe destacar que antes de la pandemia el Ministerio de Desarrollo demandaba unos 8.600.000 kilos de alimentos por mes y cuando comenzó la cuarentena esta cifra se elevó a más de 12 millones de kilos.
Pero ya hubo antecedentes de escasas ofertas. El 13 de abril quedó desierto una licitación por dulce de membrillo, nadie presentó oferta. El resultado de las licitaciones cayó como un balde de agua fría en el gobierno es que ya hay varios municipios del conurbano que tienen sus depósitos vacíos de mercaderías.
Precios máximos
Arroyo informó que ya se concretaron «nuevas compras de alimentos», a partir del novedoso proceso anunciado días atrás por el gobierno nacional «con dos ejes, precios máximos mayoristas y a través de la plataforma ComprAr, desde donde participan todos: pequeños productores, grandes, chicos y medianos de la Economía Popular, de tal modo que todos puedan participar cuando el Estado hace compra de alimentos», señalo en declaraciones periodísticas.
La medida, lanzada en medio de la creciente demanda de alimentos por el impacto económico de la pandemia, se conoció después de la denuncia por irregularidades en el procedimiento de compra con sobreprecios de hasta 62% que significó que Daniel Arroyo decidiera desplazar a 15 funcionarios de esa área.
En declaraciones radiales, Arroyo reiteró que desde el Gobierno Nacional y frente a la pandemia de coronavirus se presentan «varios desafíos: mantener los ingresos, que llegue la comida a las familias que la necesiten y limitar los movimientos en barrios no es fácil el aislamiento».
Dificultades
Consultadas por Ámbito sobre la limitada participación en las licitaciones de la cartera, fuentes del sector alimenticio señalaron que varios son los factores que desalientan la provisión de alimentos.
Por un lado sostienen que la vigencia de precios máximos constituye una severa restricción en momentos en que los costos están subiendo y cuando la historia del ministerio es de demoras en los pagos – recuerdan que en algunos casos los proveedores debieron esperar meses para cobrar-. “Y encima no sabés si injustificadamente mañana tu nombre no aparece en los diarios en medio de un escándalo”, advirtió un empresario.
Pero también existen problemas en la oferta toda vez que las dificultades operativas o los problemas financieros están llevando a distintos eslabones de la cadena alimenticia a ver restringida su producción.
Además, en este contexto en el que faltan mercaderías básicas como la polenta, las firmas alimenticias encuentran demandantes mucho más atractivos que el Ministerio de Desarrollo como los municipios, que llegan a comprar al contado, o los supermercados que pueden llegar a pagar a siete días.