La ausencia de Alberto Fernández en el monumento de la Bandera y el «Banderazo» que se organizará el sábado contra el avance del Estado sobre la propiedad privada terminaron desalentando a los organizadores, que tenían todo organizado.
Hasta el martes pasado, los pilotos de aviones de las tres Fuerzas Armadas, Ejército, Armada y Aviación, realizaban sus prácticas de vuelo sobre el Monumento a la Bandera, ubicado en el centro de la Ciudad de Rosario, en Santa Fe. El paso de la escuadrilla iba a ser uno de los momentos más esperados del acto en celebración del Día de la Bandera, que este año coincidía con el bicentenario del fallecimiento del general Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano. Un día antes, el lunes, el presidente Alberto Fernández ya había decidido no asistir al acto, el más importante para la provincia que gobierna el peronista Omar Perotti; y la primera promesa al pabellón nacional que iba a encabezar el jefe de Estado. También estaba prevista el paso militar de un grupo representativo de las tres fuerzas apostadas en la zona. La ausencia del mandatario tiró para atrás las actividades que con ahínco se estaban organizando desde el ministerio de Defensa, al mando de Agustín Rossi, un político nacido y criado justamente en la provincia con nombre de mujer.
“El Presidente es el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, y si él no asiste a la celebración es lógico que que no se realice el desfile militar ni que asistan los ministros del área, ni de las fuerzas de seguridad como estaba previsto”, aseguró a Infobae uno de los responsables de la organización del evento.
La primera razón para la no asistencia del mandatario a Rosario es sanitaria. La Unidad Médica Presidencial, que encabeza Federico Saavedra, le aconsejó restringir las salidas de Fernández de la Quinta de Olivos. La razones son las imaginables y ya se lo habían sugerido al comienzo de la cuarentena. Es un paciente de riesgo como cualquier persona mayor de 60 años con antecedentes de al menos una tromboembolia pulmonar, nada importante, pero que es un agravante en caso de ser infectado con el COVID-19.
El jefe de Estado tuvo un acatamiento muy dispar a las recomendaciones de los profesionales, hasta que se dispararon las alertas con el contagio del intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde. Después se enfermó parte de su equipo más próximo, el diputado provincial de Cambiemos, Alex Cambell, quien había estado con el alcalde bonaerense. Y después la ex gobernadora, María Eugenia Vidal, que tuvo contacto con el legislador.
Quizás porque las balas virales picaron cerca el mandatario decidió mantenerse en la seguridad de la Quinta Presidencial como le aconsejaron.
Con esa limitación, los organizadores de la conmemoración por el bicentenario del fallecimiento de uno de los mayores próceres del país, y del cual Fernández siente admiración, comenzaron a modificarse, pero a no aplazarse del todo.
Primero se diseñó en un borrador que el ministro Rossi, los jefes de las Fuerzas Armadas, el intendente de Rosario, Pablo Javkin, el gobernador Perotti, entre otros, estuviesen en el escenario rosarino, y Fernández, de manera virtual, encabezara, desde Olivos, los festejos.
Pero a poco de esbozarse los preparativos, la política metió la cola y se volvió hacia atrás con todo. Sucede que para ese mismo sábado 20 junio está previsto en Rosario y otras ciudades santafesinas como Avellaneda, San Justo, Villa Ocampo, Venado Tuerto, Reconquista, San Jorge y Rufino, entre otras localidades, un “banderazo en defensa de la propiedad privada” catalizado por la “expropiación” que propone el gobierno nacional de la empresa Vicentin.
La idea de que se pudiesen “filtrar” imágenes del “banderazo” en la transmisión oficial desechó toda posibilidad de una comunicación virtual entre el presidente y el escenario que se iba a montar frente al Monumento a la Bandera como ocurre todos los años.
Es decir que cualquier acto que se realice tendrá una connotación local y no nacional. Dicho esto hay que puntualizar que, sobre el tema, aún no hay un comunicado oficial. Es más, hasta las últimas horas de anoche los pilotos de los aviones comprometidos en la ceremonia no tenían cancelada su participación.
Las aeronaves de la Fuerza Aérea que iban a participar eran un Hercules, un F28, un Tucanos, un A4 Fighting Hawk y un helicóptero Bell 412, De la Armada participaría un Beechcraft B-200 y un helicóptero Bell 206 del Ejercito.
El martes, cuando las máquinas conmocionaron a la ciudad rosarina, los pilotos se encontraron con un problema de visibilidad, el humo que provenía del incendio de pastizales en las islas de Entre Ríos que están ubicadas frente a la capital. Sin embargo, la novedad no les impidió realizar el ensayo para el desfile aéreo que propuesto por el Ministerio de Defensa.
Descartado ese acto, se barajó la posibilidad la posibilidad de utilizar como marco para la conmemoración del bicentenario del fallecimiento de Belgrano y el Día de la bandera, la Escuela Nacional de Náutica, pero al estar cerrada desde hace 90 días y tras la resolución del presiente de no movilizarse, también se descartó.
Clausurada toda posibilidad del acto oficial en Rosario, aún se evalúa realizar un acto en el Instituto Belgraniano, o en el Convento de Santo Santo Domingo. En el atrio del templo, está ubicado el mausoleo que alberga los restos del General Belgrano.
El año de Belgrano
Para Fernández, la suspensión de la celebración del Día de la Bandera no es un tema más. Este año había dos acontecimientos para conmemorar: los 250 años de su nacimiento y los 200 de su muerte.
Por esa razón, el mandatario, a través del Decreto 2/2020, publicado en el Boletín Oficial el 3 de enero, determinó el 2020 como el “AÑO DEL GENERAL MANUEL BELGRANO”, resaltando su destacada actuación pública en el proceso que condujo a la independencia de nuestro país en el marco de las luchas por la emancipación sudamericana.
La disposición presidencial se destaca la probada austeridad y honradez” del abogado y escritor y se menciona que “sacrificó sus propios intereses en pos de las necesidades de la Patria, siendo considerado por ello como uno de los ejemplos más destacados de virtud cívica entre los hombres y mujeres que forjaron nuestra Nación”.
Por estas razones el decreto que está firmado por el presidente Fernández, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro de Cultura, Tristán Bauer, invita a que toda la documentación oficial de la Administración Pública Nacional, centralizada y descentralizada, así como en los entes autárquicos dependientes, a llevar la leyenda: 2020 -Año del General Manuel Belgrano, y a los gobiernos provinciales y al de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a adherir a la conmemoración.