El juez del concurso convocó para el 15 de julio al directorio de la firma y a representantes de Santa Fe para dirimir el futuro de la agroexportadora. Las cooperativas y los bancos extranjeros tendrían un rol central.
El miércoles será un día clave en la ya larga novela de Vicentin. El Gobierno de Santa Fe y los directivos de la empresa fueron convocados por el juez que lleva adelante el concurso de acreedores, Fabián Lorenzini, a una audiencia en la que se buscaría dirimir el futuro de la compañía que entró en default en diciembre pasado con deudas superiores a los u$s1.350 millones.
El plan que acercaría el Gobierno de la provincia, con el total aval de la Nación, según pudo averiguar Ámbito, sería alejarse completamente de la expropiación y en paralelo ofrecer la posibilidad de capitalización de deuda a todos los acreedores.
En este esquema no sólo el Banco Nación tomaría la delantera, sino que también el plan incluye a los bancos extranjeros y hasta a los productores agropecuarios que le vendieron granos a la firma por un total de u$s350 millones.
Gabriel Delgado, el interventor designado por el Gobierno nacional y que en la práctica no pudo ejercer su rol, ya que el juez Lorenzini restituyó el manejo de la compañía al mismo directorio que la llevó al default, está ultimando los detalles del plan que pondría sobre la mesa el próximo miércoles.
El economista agrario junto al Gobierno busca de aliado a la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA). Quizás a partir de ahí se entiende el gesto del propio Alberto Fernández el miércoles pasado cuando en teleconferencia con el gobernador Omar Perotti hicieron un recorrido virtual del avance de obra que está llevando adelante la cooperativa de cooperativas en el puerto de Timbúes.
ACA tiene actualmente acreencias en Vicentin por alrededor de u$s90 millones e incluso, para no desamparar a las cooperativas que le entregaron grano a la empresa exportadora y no cobraron, salió a inyectarle directamente dinero de sus arcas. Pero, en tanto, los líderes de la cooperativa no ven con buenos ojos el ingreso del Estado en la empresa vía expropiación.
En este marco, desde el entorno de Delgado, remarcan que la misión del fallido interventor continúa siendo reactivar a la compañía agroexportadora y velar por los intereses de los productores agropecuarios que le entregaron granos y hoy están lejos de cobrar ante el prácticamente nulo avance del concurso de acreedores.
El funcionario incluso se sentiría más cómodo con esta nueva iniciativa porque también se buscaría que los bancos extranjeros capitalicen parte de sus acreencias con la firma agroexportadora y se ilusiona hasta con futuras inyecciones de capital que podrían venir de la mano de este grupo de acreedores.
Delgado, con un rol siempre de tipo conciliador con el mundo de los agronegocios local podría, de esta manera, levantar su perfil de la mano del proyecto para reflotar a la empresa argentina que llegó a ser líder en el ranking de exportaciones de harina y aceite de soja.
Otro punto muy importante que hoy el Gobierno mira con atención es el rol que juegan los bancos internacionales en la financiación del sector agroexportador local, a través de la prefinanciación de exportaciones. En este contexto, es fundamental conseguir un acuerdo con este grupo de acreedores que incluso llevaron la cuestión a la Justicia de los Estados Unidos.
En tanto, dentro del plan, el rol que pasarían a ocupar los dueños de la defaulteada Vicentin todavía es un secreto bajo siete llaves. Por lo pronto, el miércoles próximo las partes se sentarán una vez más cara a cara y quizás a partir de ahí comience a esclarecerse el panorama.