Para el presidente de la entidad «no dan los números». Hay un «agujero negro» precisamente entre mediados y fines de 2019, manifestó.
“Es raro”, “no dan los números”. Para el presidente del Banco Nación (BNA), Eduardo Hecker, entidad acreedora de US$300 millones prestados a la cerealera Vicentin, no está claro cómo la empresa terminó en default en diciembre pasado pero, en esa línea, en su balance de 2019 debería estar la clave para conocer qué fue lo que ocurrió.
El funcionario se refirió, entre otros temas, a las recientes novedades en torno del caso desde la estrategia del banco: el BNA quiere que la cerealera presente su balance, sea removido el directorio de la exportadora y que el juez del concurso de acreedores de la firma, Fabián Lorenzini, acepte la intervención de la provincia de Santa Fe en la compañía.
Vicentin cayó en desgracia en diciembre pasado declarando que no podía hacer frente, por una situación de “estrés financiero”, a más de US$300 millones por mercadería de los productores. Luego se conoció que su deuda total, incluyendo con el Banco Nación, bancos internacionales y otros proveedores, trepaba a US$1350 millones.
“Es notable que haya tenido ese nivel de deuda con una facturación de más de US$4000 millones en 2019”, señaló Hecker. “Es raro, no sabemos ni nosotros, ni los acreedores ni los bancos internacionales dónde está la plata”, señaló el directivo. “Los acreedores del exterior no creen que esto se deba a una mala suerte, el tema de la devaluación o de las PASO”, remarcó.
Hace unos días, en el banco se terminó un informe técnico que puso el foco en la caída del patrimonio de la firma. Según ese trabajo, los bienes de cambio de la cerealera (stock de materias primas, bienes terminados y semielaborados) pasaron de US$714.326.000 en julio de 2019 a US$10.015.251 en febrero pasado. En el mismo período los créditos por ventas bajaron de US$252.662.000 a US$70.403.446. Además, dio cuenta de una fuerte suba de las deudas comerciales: de US$107.246.000 a US$549.587.637.
“Hemos pedido el apartamiento del directorio de Vicentin; la no presentación del balance y la participación del directorio en la gestión de la empresa suena como cosa rara. No tiene que seguir”, señaló el presidente de la entidad.
“A esta atura uno puede tener muchas sospechas, pero como lo hemos dicho en la Justicia, falta el balance de 2019. Hay información sobre lo que realmente pasó”, dijo.
Cuando el presidente Alberto Fernández dispuso la intervención de Vicentin, el juez Lorenzini no dio lugar a la misma, relegó a los interventores al cargo de veedores y repuso el directorio de Vicentin. Para el BNA, ese directorio no puede continuar. Respecto del balance de 2019, el juez acaba de darle 40 días judiciales hábiles a la empresa para que lo presente. En la práctica podría darse que termine presentando la información casi un año después del cierre de ejercicio, el 31 de octubre de 2019.
“Sin el balance de 2019 es difícil saber qué pasó, es información relevante”, precisó Hecker. Detalló que hay un “agujero negro” precisamente entre mediados y fines de 2019.
Según dijo, con Vicentin el banco tuvo una “exposición excesiva e inoportuna” ya que, apuntó, el crédito a la cerealera llegó a representar el 20% del patrimonio de la entidad, superior incluso al 15% que manda el Banco Central, precisó. Ahora la decisión es que no haya una exposición mayor al 5% con una empresa o del 7% si es un grupo económico.
Para el directivo, la discusión en torno de la cerealera está centrada en que “mantenga e incremente su funcionamiento”, “evitar su extranjerización” y que se recupere el crédito del BNA. Al respecto, el banco ya logró recuperar vía cuentas de la firma unos US$11millones.
Relación con el campo
Más allá de la situación puntual sobre Vicentin, Hecker destacó la relación histórica que une al banco con los productores. “El Banco Nación es un banco muy vinculado con el sector agropecuario, todo pequeño y mediano productor busca el banco, la referencia de tasa. Estamos abiertos y dispuestos a sostener la actividad agropecuaria”, dijo.
Desde abril pasado, sobre más de $42.000 millones otorgados un 27 a 28% fue para pymes del agro. Sigue en pie la normativa del Banco Central que dispuso que los bancos no presten las líneas por el coronavirus a 24% a los productores que guarden más de 5% de trigo o soja, pero el Nación armó líneas (al 28%) para los que superan ese porcentaje.
Por otra parte, la entidad acaba de disponer una línea de crédito en dólares para financiar exportaciones con tasas que arrancan en el 3,5% y llegan al 5,5% anual. Antes esas mismas tasas iban del 6 al 9,75% anual.
“Es necesario seguir respaldando la producción y los procesos de industrialización”, afirmó. Para el directivo, el país necesita los dólares por las exportaciones y puede dar “un salto inmenso” en agregado de valor. Hecker dijo que el banco quiere apuntalar el “ecosistema” que agrupa a todo el sector, incluso con actores no tradicionales pero que ya forman parte de él. “Viene la revolución 4.0”, remarcó.
Con información de La Nación