Ante la falta de respuestas de la conducción de Vicentin, los acreedores de la cerealera están dispuestos a reflotar la propuesta que en su momento realizó el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, de armar un fideicomiso, para tratar de cobrar lo adeudado ante la posibilidad latente de la quiebra.
El mencionado fideicomiso, con los activos y acciones de la compañía, deberá ser aprobado por el juez a cargo del concurso, Fabián Lorenzini. Mientras tanto, los intentos del directorio de incorporar un nuevo socio que aporte capitales frescos para ordenar las cuentas son infructuosos y la producción de la empresa es débil en este escenario para estimar una recuperación.
Después de meses de dilación, finalmente Lorenzini pidió a la empresa que presenta su balance oficial del año 2019, que venía resistiéndose a entregar, en clara irregularidad. La auditora internacional KPMG, que estaba a cargo de la fiscalización de los balances de la firma, en los últimos días confirmó que renunciaba a ese rol, presentando un escrito ante el juzgado. El balance estaría siendo auditado por un estudio contable local, lo que abre nuevas sospechas sobre las posibles influencias empresarias.
Por otro lado, Lorenzini debe tomar una decisión crucial para el futuro de la compañía: si finalmente da curso a la intervención, tal como pidió el gobierno de Santa Fe, apartando de sus funciones al actual directorio que conduce el emprendimiento.