Además, un grupo de trabajadores se trasladó a la Casa Rosada para visibilizar el reclamo y entregarle un petitorio a Alberto Fernández.
El martes 9 de marzo, por la tarde hubo otra marcha multitudinaria en el centro de la capital de Formosa, donde convergieron empleados del sector gastronómico que solamente pueden abrir los fines de semana, hoteleros, empleados del casino NeoGame que tiene tres locales cerrados desde hace un año, personal de la empresa de transporte Nueva Godoy de media y larga distancia y de otros rubros del sector privado que no pueden trabajar con normalidad por las restricciones impuestas con el tercer regreso a la Fase 1 durante un año. Además, un grupo de esos comerciantes viajó 14 horas en auto desde su provincia para entregar un petitorio al presidente Alberto Fernández.
Una importante porción de la población de la capital de Formosa ya no está cumpliendo las disposiciones sanitarias dispuestas por el Gobierno provincial que la semana pasada llevó la cuarentena a Fase 1 y parece decidida a emplear la desobediencia civil para que la mayor cantidad de actividades comerciales se puedan volver a desarrollar. En el gobierno de Gildo Insfrán circula la frase “ni un paso atrás”, pero la presión del sector privado formoseño es cada vez mayor.
Insfrán, desde la semana pasada cuando en la ciudad de Formosa se produjo un rebrote de coronavirus con 17 casos, retrotrajo la situación sanitaria porque teme un desborde de los centros de salud. En su visita a la Casa Rosada el lunes, donde participó de un acto en el marco del Día Internacional de la Mujer, mantuvo breves reuniones con la ministra de Salud, Carla Vizzotti, y con Santiago Cafiero, jefe de Gabinete. Allí les expresó su temor a que se sigan expandiendo los contagios y contó que también le preocupa el desmadre que se produce del otro lado de la frontera, en Paraguay, donde los hospitales están cerca de colapsar.
Por eso se protestó fuerte en la capital de la provincia y el reclamo se extendió a Buenos Aires. Pablo Siddig creó Comerciantes Unidos de Formosa (CUF) para intentar una solución a la crisis económica que viene atravesando ese rubro. Él tenía tres negocios de venta de ropa en Formosa que empleaban a 25 personas. Solo pudo mantener uno y se quedaron 20 personas sin trabajo. “Esto no da para más y por eso decidimos viajar con la intención de darle un petitorio al Presidente. Tiene que conocer cómo es la situación. No damos más”, le contó a Infobae. En la guardia de la Casa de Gobierno les recibieron el pedido pero ningún funcionario los atendió. “Voy a quedarme en Capital hasta que me den una respuesta”, afirmó Siddig con convicción.
Mientras tanto, en la plaza San Martín de Formosa se repitió una marcha que ya se transformó en habitual porque desde el jueves pasado se reúnen cada día para protestar. Esta vez lo hicieron sin referentes políticos de la oposición a Insfrán como en los últimos días donde se vio a la ex ministra de Seguridad durante la presidencia de Mauricio Macri, Patricia Bullrich, a los senadores Luis Naidenoff y Ricardo Buryaile y a diputados nacionales como Waldo Wolff y Mario Arce, además de legisladores provinciales.
El panorama para Insfrán es complejo. Fue a Buenos Aires en busca de un respaldo de Alberto Fernández que no llegó. El primer mandatario se limitó a un saludo de compromiso y a cruzar algunas palabras, pero no lo recibió en su despacho. Sí habló unos pocos minutos sobre obras pendientes en su territorio con el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis. Luego, en el encuentro a solas con Cafiero le pidieron que tenga “mayor flexibilidad” dentro del ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio) para distender la tensa relación con la ciudadanía.
La represión de la Policía provincial a los manifestantes de la marcha del viernes provocó un gran malestar dentro del Gobierno Nacional. Fue por eso que Alberto Fernández y varios de sus ministros repudiaron “la violencia institucional”. También recalcaron que hay investigaciones y sumarios abiertos contra quienes se excedieron en esa oportunidad.
En la capital de Formosa los restaurantes y los bares encabezaron la rebelión, abriendo sus puertas toda la semana (solo les permitían sábados y domingos). Y hoy se pudo observar que la mayoría de los negocios también abrieron sus puertas al público, respetando protocolos y manteniendo el distanciamiento social. Están decididos a trabajar pese a las restricciones, en una provincia que tiene sus fronteras, su aeropuerto y su terminal de ómnibus cerradas. La Fase 1 solamente se viene cumpliendo en los organismos que dependen del Estado.
La provincia de Insfrán solamente sufrió durante la pandemia 1400 casos y 20 fallecidos. Con 600 mil habitantes es una de las más pobres del país, que depende en gran medida del empleo estatal.